Mostrando entradas con la etiqueta reivindicación. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta reivindicación. Mostrar todas las entradas

viernes, 23 de abril de 2021

Por una Castilla y León con futuro y dignidad. Manifiesto Villalar 2021




Hoy 23 de abril de 2021 se cumplen 500 años del acto final de la Revolución comunera. Hoy 23 de abril fiesta de la Comunidad de Castilla y León. Hoy 23 de abril es un día para seguir exigiendo justicia y futuro; reclamando dignidad y sostenibilidad para las gentes y los territorios de esta región, la mayor de Europa, que es víctima de caciquismos y nepotismos. De corrupciones y chanchullos. Llena de despropósitos y atentados al medio ambiente y al patrimonio material e inmaterial.

Tierra que expulsa a sus jóvenes y que sangra por las costuras que dejan los oxidados arados. Letanías que se consumen sin que a nadie, realmente a muy pocos, le produzca ni asco, ni asombro, ni siquiera la más mínima compasión. Piedras centenarias apiladas ya sin argamasa. El musgo crece entre ellas haciéndonos olvidar que en el pasado fueron hogares, corrales, silos, murallas y castillos. Mares de campos muertos porque no son regados con sudor e ilusión. Vidas e Historia que mueren en el olvido al tiempo que la geografía se convierte en desierto.

León y Castilla claman dignidad y futuro. Poder desengancharse de unas cadenas que ya han gangrenado los miembros; que han anquilosado toda iniciativa desde abajo, ya sea social, económica o cultural. Queremos vivir, crecer y desarrollarnos. No tener que salir para comer y tirar mal que bien. Queremos quedarnos y progresar, ayudar a esta tierra a que llegue a ser lo que puede ser, no la imagen de patio de disfrute de unos pocos caciques y unos cuantos oligarcas. No queremos exiliarnos por razones económicas y los exiliados queremos volver y participar, levantar la tierra y a las gentes para con trabajo e ilusión recuperar nuestra vida en nuestra territorio. 

 

Hoy y ayer, pero también mañana, por una Castilla y León con futuro y dignidad.

A continuación el Manifiesto Villalar 2021:





Villalar 2021: Respeto a nuestro pasado, esperanza para el futuro



Nos encontramos de lleno en el V Centenario de los episodios conocidos como la Revolución de las Comunidades de Castilla: proceso político, económico y social de hondo calado protagonizado en esta tierra entre 1520 y 1522, e interrumpido por la derrota y represión ejercida por el bando realista, afín al proyecto imperial de Carlos V. Las novedosas aportaciones ideológicas de las Comunidades han sido muy debatidas entre los historiadores, llegándose al consenso de que supusieron un paso de gigante en cuanto a la concepción de las formas de buen gobierno, la salvaguarda de los derechos políticos, jurídicos y civiles, así como en la articulación de la soberanía popular frente al absolutismo de la Corona. Estos avances se recogieron en la Ley Perpetua de Ávila, proyecto de la primera constitución moderna del mundo que fue promulgado en Tordesillas en septiembre de 1520. Aquella derrota militar del movimiento comunero condujo finalmente a la supeditación de Castilla a las empresas imperiales y coloniales de los Habsburgo.



Pero la Revolución comunera no solo tuvo una enorme trascendencia en la Castilla de comienzos del siglo XVI, sino que en adelante fue un referente en el que buscaron inspiración las reivindicaciones y luchas por la justicia social aquí y en otros lugares: la oposición a las políticas de Felipe II y de otros reyes de la casa de Austria, los movimientos libertadores de América Latina en los siglos XVIII y XIX, el rechazo liberal al despotismo de Fernando VII, la construcción de un modelo político democrático y federal durante las dos Repúblicas o la lucha por las libertades frente al golpe militar de 1936, se apoyaron significativamente en el recuerdo a la causa comunera. Por eso, a partir de 1976 y tras una larga dictadura, los castellanos y castellanas volvieron de forma natural a Villalar, símbolo de dignidad, de igualdad, de libertad y de soberanía mantenido en la memoria colectiva. Su recuerdo se ha sostenido en el tiempo gracias a la profunda carga sentimental y racional tejida, enriquecida y cuidada por muchas generaciones. Desde entonces, la conmemoración en el municipio de Villalar de tales hechos históricos y la transmisión de su legado se ha conseguido con el esfuerzo y participación de individualidades, colectivos y organizaciones diversas, unidas por una interpretación del pasado común en lo esencial y por una aspiración de progreso para nuestro pueblo.



500 años después de la Revolución comunera Castilla es un territorio de grandes contrastes, caracterizado en la actualidad por una concentración demográfica y de recursos en Madrid, en paralelo al envejecimiento, la despoblación, la desestructuración y la marginación política y económica que padecen las demás provincias. Nuestros servicios públicos, nuestra sanidad, nuestra agricultura y ganadería, nuestra industria e infraestructuras languidecen, expulsando a muchos jóvenes y condenando a nuestras comarcas al expolio o al silencio del olvido. Ante este panorama, nos inspira la gesta de Padilla y Pacheco, Maldonado y Bravo, Zapata y Acuña; la gesta de miles de comuneros y comuneras que a lo largo de cinco siglos lo arriesgaron todo por conquistar espacios de justicia social.



Con este breve manifiesto lanzamos un grito de amor propio, comprometiéndonos desde todos los ámbitos y sectores (ciencia, cultura, arte, comunicación, instituciones, sociedad civil…) a trabajar por un futuro digno para Castilla y sus gentes. Las castellanas y castellanos no queremos ser más, pero tampoco menos que nadie. Somos un pueblo trabajador, honesto, leal, testarudo y solidario; también un pueblo humilde, pero orgulloso. Urge revitalizar el pulso y ocupar el lugar que nos corresponde. Pongamos toda nuestra inteligencia colectiva en esa tarea.



Comunes el Sol y el viento,

común ha de ser la tierra,

que vuelva común al pueblo

lo que del pueblo saliera”



Luis López Álvarez, Los Comuneros

lunes, 11 de marzo de 2019

La Reacción de la Reacción



Necesitábamos, como izquierda y también como sociedad, un chute de optimismo y activación como el que el pasado viernes, 8 de marzo Día Internacional de la Mujer Trabajadora, los millones de mujeres (y también hombres) que salieron a las calles a clamar por la igualdad, a defender lo ya conseguido y a juntarse para avanzar en progreso y prosperidad. Veníamos de unos meses desalentadores; de una semanas agoreras; de un tiempo con un tufo rancio a carcoma y a podredumbre. Y ante esa reacción a la revolución latente e imperecedera que necesita éste país y todo el sistema capitalista, le ha seguido la reacción de quienes saben que no tienen nada que perder.
Ya sabíamos que el movimiento feminista en España es muy potente y que puede presumir de aunar a mujeres de toda condición, especialmente en lo referente a la edad, en una lucha inter generacional sin parangón. Pero la demostración de fuerza, solidaridad y cooperativismo con la que han salido a gritar por el fin del machismo y el patriarcado ante el advenimiento de un proceso reaccionario y de extrema derecha no sólo es un toque a la ilusión por el cambio revolucionario del estado de las cosas; es también, la constatación de que el discurso está en la calle y en un lugar del espectro ideológico, muy a la izquierda de lo que convencionalmente se viene a defender (o atacar) en los medios de comunicación.
Esa demostración de fuerza, empuje y cohesión en materia de derechos, igualdad, conciliación y futuro para todas las mujeres independientemente de sus condiciones han vuelto a pillar a toda la derecha con el pie cambiado. Es la demostración de nuevas generaciones de mujeres que quieren y saben un mundo mejor y con futuro es posible, inevitable, y que saben y quieren que serán todas juntas, desde las más mayores y veteranas hasta las más noveles como se conseguirá. Especialmente alentador me parece el recuerdo y la lucha para las mujeres que viven en el entorno rural, porque de su mejora en igualdad y condiciones vendrá la mejora de nuestro campo y del gravísimo problema territorial que tenemos.
Unidos Podemos y el PSOE han sabido sumarse a tiempo a la ola que puede, y debe, traerles buenos resultados en las próximas convocatorias electorales, pero la derecha, tanto política, como económica sale trasquilada.
PP y Vox desde la extrema derecha quedan como machistas en su calculo de que hay mucho reaccionario anti-8M y anti liberalización de la mujer, siguiendo dictados de una Iglesia católica española particularmente beligerante con éste tema. Ojo, no les falta razón, existen significativos sectores reaccionarios frente a la igualdad entre hombres y mujeres, pero les vamos a dejar sin argumentos y están abocados a la extinción.
Y luego esta Ciudadanos que tratando de bailar en medio de la ciénaga sin marcharse se inventa un cínico “feminismo liberal” en el que el mismo día 8, Albert Rivera presenta acompañado de 5 mujeres pero sin darles la palabra. El liberalismo ya es en sí una opresión y todo ello tratando de conjugar con su plan para legalizar la prostitución o sobre los vientres de alquiler. Parece ser que “feminismo liberal” es esclavizar a las putas con alta de autónomos y poner a parir como conejas a las mujeres sin recursos.
No desentonan en Ciudadanos con algunas de las reacciones que la convocatoria del 8M habían provocado. Mientras para la CEOE la brecha salarial entre hombres y mujeres no se explica por la opresión de los primeros sobre las segundas, las nulas políticas de conciliación familiar y de educación reproductiva y social, sino con frenología, en no pocos medios de comunicación se lanzaba un mensaje de perfil bajo sobre la convocatoria, tratando de desprestigiarla y desmovilizarla desde arriba. Curiosamente, ante el éxito de la jornada, los medios del capital han olvidado estos mensajes. Todo ello mientras la justicia se convierte en cómplice del machismo, del abuso, de la violencia y de la opresión de todas las mujeres.
Pero si estas reacciones han demostrado algo es que la lucha de las mujeres trabajadoras no sólo son justas, inaplazables, sino además de buen provecho e interés general. Comprobar el miedo, el pánico desatado, en las cúpulas empresariales, en los altos despachos de las redacciones de los medios convencionales y en las direcciones de los partidos del tripartito de extrema derecha español, es a su vez, confirmar que valoran la importancia de los cambios a conseguir y que están decididos a combatirlos e impedirlos.
Una ola femenista como la que ya está instalada en España y en buena parte del globo es trascendente. Y vital. Ante el avance de posiciones fascistas se hace necesaria un empoderamiento colectivo como el demostrado el pasado 8 de marzo. Y formar parte de él apoyando sin querer ser protagonista a mi pareja, a mi madre, a las mujeres del mundo, me enorgullece. Porque las protagonistas son ellas.
Porque el feminismo no excluye. No es sectario. Sólo se excluye el que quiere. Por eso se llenaron hasta reventar plazas, calles y avenidas el pasado viernes. Y mientras se maten mujeres por el hecho mismo de serlas; se torturen a mujeres por ser consideradas propiedad de los hombres seguirá siendo necesaria la lucha feminista desde un punto de vista libertario e igualitario.
Y quiero remarcar el carácter trabajadora del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, porque las mujeres no cobran menos porque tengan menos educación, o porque voluntariamente trabajen en sectores con contratos a tiempo parcial en sectores precarios y mal pagados. Si las mujeres cobran menos y soportan más precariedad que les impide tener vidas con mayor y mejor dignidad es porque existe el machismo y porque además es un gran negocio para el capital.

Por eso el formato de huelga es tan importante. Huelga de cuidados para dejar claro que sin la labor, casi siempre no remunerada, de las mujeres, el sistema capitalista se detendría porque siempre están listas y dispuestas a realizar tareas que el propio capitalismo no cubre, porque no las considera rentables. Huelga de consumo, porque hay que hacer daño en los ingresos que las patriarcales patronales contabilizan. Y huelga laboral. Sobre la que siempre caen los lugares comunes y equívocos interesados para ponerla en jaque, pero que subyace como fundamental para demostrar la pujanza de la mujer en la economía y su trabajo como pilar del sistema, del que infravalorándolo sacan jugosas cuantías los opresores.
Soy hombre y por lo tanto, aunque no quiera, machista. Tengo dejes patriarcales, convenciones mentales y sociales que favorecen comportamientos de pensamiento, palabra y acción que me avergüenzan y contra los que lucho cada día. Y si para poder vencerlos, domarlos y erradicarlos frente a una cultura de dominación del hombre sobre la mujer, me tengo que declarar feminazi, lo hago, como ha hecho Iñaki Gabilondo, sin ningún tipo de pudor ni alergia. Las buenas personas solamente con ver quien está en cada bando saben dónde situarse y desde dónde ayudar y aportar.

miércoles, 7 de marzo de 2018

8 de marzo: Huelga Feminista



Nada volverá a ser igual a partir de este 8 de Marzo. Quién pretenda medir el éxito de la Huelga General convocada para mañana con los viejos parámetros, no habrá entendido nada. No es una huelga al uso porque el sujeto somos las mujeres, porque el ámbito en el que se convoca no es solo el laboral, aunque también. Y es que el foco se pone también en ámbitos que por no estar monetizados y estar protagonizados por las mujeres, han permanecido en la penumbra de la Historia, pese a resultar claves, fundamentales en el devenir social y en la bonanza económica. Invisibilizado y desvalorizado el trabajo de cuidados y su papel en la reproducción social del capitalismo. Invisibilizadas las espaldas y vidas sobre las que recae este trabajo sin el que el sistema se desplomaría.
La Huelga feminista surge tras el éxito que reivindicaciones similares han tenido en países como Islandia -del Norte de Europa lógicamente- donde tras años de luchas similares se han conseguido avances en materia de igualdad, conciliación y sobretodo en el cambio ideológico y ético para considerar a la mujer una ciudadana del mismo orden y nivel que le hombre. Con los mismos y efectivos derechos y deberes, y con el apoyo en el reparto de las tareas dentro y fuera del hogar, así como con la consideración del papel decisivo de la mujer en el curso de la Historia y en el futuro devenir.
La potencia de la Huelga feminista reside en la radicalidad de su discurso, en la transversalidad y diversidad de las formas y espacios de lucha en los que se despliega y en la osadía de las mujeres, de recuperar la huelga como herramienta política en tiempos en los que el derecho efectivo a huelga está en entredicho. Hemos criticado en multitud de ocasiones la hegemonía del feminismo liberal y hemos construido desde la práctica concreta una propuesta que sobrepase los muros capitalistas de clase social, de sector profesional, de fronteras políticas y económicas o de techos de cristal y paredes enrejadas que reconoce y nombra las opresiones que nos atraviesan. Pues bien, aquella hegemonía ha empezado a resquebrajarse. El mensaje en torno al que se están movilizando y organizando millones de mujeres cuestiona el capitalismo y el patriarcado, sitúa con radicalidad que este modelo económico y social que nos mata, agrede, cosifica, explota, precariza y oprime, es insostenible con la reproducción de una vida digna de ser vivida.
En el argumentario de la convocatoria de Huelga, emanado del Encuentro Estatal del Movimiento Feminista celebrado en Zaragoza, se señala: "Nosotras ponemos la vida en el centro, por eso defendemos vidas dignas donde todas las personas, en las distintas partes del mundo, podamos acceder a los recursos necesarios para cubrir nuestras necesidades en condiciones de igualdad y de sostenibilidad ambiental. El patriarcado y el capitalismo con su lógica del beneficio y de la acumulación capitalista, van en contra de lo que proponemos, generan fuertes desigualdades, relaciones de poder y destrucción de los recursos y las condiciones necesarias para una vida digna".
La sostenibilidad de la vida como propuesta no solo cuestiona el papel atribuido a las mujeres o su situación desigual respecto a los hombres (que no es poco). No se trata de que pasado el 8 de marzo exploten a las mujeres igual que a los hombres. Propone una alternativa de ruptura con el contrato social y el contrato sexual: una nueva forma de organizar las relaciones económicas, políticas, sociales y entre sexos, que parte del hecho comprobado de que nuestra explotación, nuestra opresión es estructural y hunde sus raíces más profundas en el capitalismo patriarcal. Ahí reside su potencia transformadora. Por ello las tildan de peligrosas o endemoniadas, porque hace tambalear los cimientos de su sistema. Porque señala los beneficios que el sistema extrae del trabajo desempeñado en el hogar o fuera de él y porque señala la naturaleza de las violencias que se ejercen sobre las mujeres. Y porque no duelen prendas a la hora de señalar los privilegios que han obtenido los hombres del mismo durante siglos.


La Huelga ya es un éxito incontestable. Que las élites se sientan interpeladas y hayan tenido que sacar su artillería para generar ruido y odio, intentar infructuosamente fragmentar al movimiento y distanciarlo de la mayoría social, acusándolo de ideologizado y peligroso, evidencia el éxito de la huelga y los miedos que esta genera. PP y Cs han corrido presurosos a confrontar con la huelga por cuestionar el capitalismo, el PSOE también ha confirmado que no la secunda. Los sindicatos mayoritarios CC.OO y UGT no respaldan el paro de 24 horas. No esperábamos menos. Habrá intentos de criminalizar y descafeinar sus demandas, de cuestionar la centralidad de nuestra lucha, de cuestionar el sujeto protagonista de la misma, pero la Huelga ya lo ha removido todo. Está haciendo que emerjan los discursos más misóginos y reaccionarios, pero también la sororidad más movilizada. Nada volverá a ser igual después del 8M, hemos emprendido un camino sin retorno y tenemos el ejemplo de millones de mujeres referentes, anónimas muchas de ellas, que nos han precedido en la lucha. Amenazamos con empezar a pensar desde ya en el 9M, en la necesidad de seguir fortaleciendo los espacios feministas unitarios, en la centralidad que ha de ocupar el feminismo en los procesos de construcción de unidad popular y en el impulso de un nuevo ciclo movilizador que continúe abriendo las grietas del sistema. ¡A la huelga, compañera!


Mañana 8 de marzo hay Huelga Feminista. Os animo a todas a ir y luchar por la igualdad y por la emancipación de este sistema que nos denigra a todos, pero que a vosotras, mujeres, compañeras, os maltrata, cosifica y os humilla.
Mañana hay huelga y os pido a todos, a nosotros, que acudamos a nuestro puesto de trabajo y que allí constatemos y comprendamos la vital importancia que el trabajo desarrollado por mujeres tiene en el devenir de nuestros puestos. Que dejemos el protagonismo de las reivindicaciones a ellas. Que simple, pero seguro, las apoyemos, con respeto y convencimiento.
Mañana esta huelga no acaba al finalizar la hora de los turnos o en la manifestación convocada. Esta huelga empieza cuando suena el despertador, con el desayuno, haciendo la cama. Y termina cuando nos acostemos tras haber hecho las comidas, fregado los platos, la cocina, el baño, barrido el salón. Cuidado a nuestros enfermos. Mañana la huelga es en nuestras vidas personales, para comprender todo lo que la mujer, individual y en colectivo, hace por el devenir de nuestras vidas. Como su empeño, en el papel de madres, abuelas, cuidadoras, parejas, amigas y compañeras, sirve para facilitarnos la vida a nosotros. Para que funcione la sociedad. Y en esta labor están casi siempre solas, sin agradecimiento, sin apoyo y reparto de trabajos. Sin retribución. Sin justicia social.
Mañana es el día de decirle al mundo que se acabó el patriarcado. Que el machismo, muchas veces institucional y otras tantas inconsciente, no nos representa como hombres. Que se acabaron las violaciones y los maltratos; la propiedad del hombre por encima de los deseos y necesidades, de la dignidad de la mujer. Que ha llegado el momento de construir una sociedad plenamente igualitaria, tanto la asignación de roles, como en la ejecución de tareas, personales o profesionales, y en su recompensa sin ningún tipo de discriminación.
Mañana 8 de marzo, hay huelga feminista y va a suponer, supone ya, un cambio en el modo de pensar. Mañana es la hora de ellas, de su revolución legítima y necesaria que acabe con el machismo y hunda el capitalismo basado en la depredación del supuesto sexo débil.
Mañana luchemos todas juntas, solidarias, confiadas y convencidas: Vamos a cambiar todo.





lunes, 5 de junio de 2017

No a las patentes en la cerveza ni la cebada

La cebada, la cerveza y su proceso de elaboración son viejas tradiciones al alcance de todos. Sin embargo, la Oficina Europea de Patentes (EPO, por sus siglas en inglés), ha concedido una patente a Heineken y Carlsberg de la cebada cultivada de manera tradicional. Con la patente, estas multinacionales pasan a ser dueñas de la cebada, desde la semilla hasta la jarra de cerveza. No solo quieren adueñarse de una tradición que existe desde hace miles de años, sino que con la patente, la EPO está violando la legislación europea. Es más, cada vez que aprueba una patente, la EPO gana dinero.
Tenemos la oportunidad de detener la patente de la cebada y la concesión de este tipo de patentes. El año pasado, la UE ya cedió ante la presión popular, cuando más de 570.000 europeos firmaron una petición en internet, y dictaminó que no pueden concederse patentes de plantas ni animales, a menos que estén modificados genéticamente. Ahora son los Estados miembros de la Organización Europea de Patentes quienes tienen el poder de exigir a su Oficina que actúe de acuerdo con la legislación vigente.
El próximo miércoles, junto a más de 30 organizaciones medioambientales, habrá una protesta que presentará una objeción legal contra las patentes de la cebada concedidas a Carlsberg y Heineken. Y de paso se aprovechará para pedir que se impida que la EPO se salte la legislación europea.
Así el próximo miércoles se harán entrega de estas objeciones a la Oficina Europea de Patentes en Múnich, conduciendo un carro cervecero típico de Bavaria tirado por seis caballos, al son de instrumentos de viento. Firma la petición pinchando en el botón azul al final del artículo, para que los dirigentes políticos sepan que somos miles, que venimos de todos los rincones de Europa y que no pararemos hasta que la EPO desestime la patente.

Por qué es importante

En los últimos años, la Oficina Europea de Patentes ha seguido concediendo patentes a plantas alimenticias como los tomates, el brócoli, el melón y, más recientemente, la cebada. El alcance de dichas patentes es enorme: en este caso, incluye la cebada, el proceso de elaboración de la cerveza y la propia cerveza. Además, la patente abarca todos los tipos de cebada con las mismas características, independientemente de cómo haya sido cultivada. Esto significa que las fábricas de cerveza obtienen beneficios por partida doble: venden las semillas de cebada a los agricultores, les compran la cebada cultivada y después venden la cerveza al consumidor. Controlarían todo el proceso, del campo al bar. Al mismo tiempo, la patente les da derecho a impedir que otros agricultores cultiven cebada de mejor calidad y les permite ampliar su dominio en el mercado, en detrimento de los agricultores, cultivadores, consumidores y otros fabricantes de cerveza.
Las patentes concedidas a Carlsberg y Heineken nos demuestran cómo la industria y la EPO pueden aprovecharse de las zonas grises en la legislación para sortear las prohibiciones. La EPO tiene unos ingresos anuales de mil millones de euros, procedentes de las tasas, y obtiene dinero por la concesión de cada patente, permitiendo a las multinacionales ganar terreno en el mercado.
Con nuestras objeciones nos enfrentamos directamente a dos multinacionales cerveceras en un único caso. La EPO debe responder a nuestras objeciones legales con una argumentación detallada justificando su decisión.

jueves, 30 de septiembre de 2010

La Huelga: And the winner is???


Una de artículos de la constitución española. Esa obra literaria tan nuestra y tan desconocida que deámbula en un limbo entre la literatura de ficción, el texto legislativo, el escrito sobre lo paranormal y la columna satírica y de humor de cada día. El extracto de hoy es sólo para dibujar la hipocresía de quienes nos gobiernan, de su oposición y de este sistema capitalista y neoliberal denigrante, de talante fascista y coarcitivo.

Artículo 7
. Los sindicatos de trabajadores y las asociaciones empresariales contribuyen a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios. Artículo 28. Todos tienen derecho a sindicarse libremente. (…) Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. Artículo 35. Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia. Artículo 37. La Ley garantizará el derecho a la negociación colectiva laboral (…) así como la fuerza vinculante de los convenios. Se reconoce el derecho de los trabajadores y empresarios a adoptar medidas de conflicto colectivo. Artículo 40. Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social y económico y para una distribución de la renta regional y personal más equitativa, en el marco de una política de estabilidad económica. De manera especial realizarán una política orientada al pleno empleo. Artículo 41. Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo. Artículo 47. Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación.


Me encanta que el supuesto y autoproclamado partido de los trabajadores pide que se respete el derecho al trabajo para el día de ayer, el de la huelga, y ha venido haciéndolo durante las últimas semanas (por no decir meses), única y exclusivamente para ese día. Mi pregunta es, ¿qué pasa el resto del año?; ¿sólo es lícito cuidar, respetar y procurar satisfacer ese derecho (y también deber) cuando hay una huelga para que "nuestros" empresarios tan "progresistas" la mayoría de ellos no tengan "excesivas" pérdidas.

También es curioso como la derecha mediática ha mantenido su discurso de desprestigiar la huelga, sus noticias y necesidad. También entraba en la línea el derecho a deslegitimar a los sindicatos y su labor y por supuesto mantener ayer y en el día de hoy el que la huelga apenas ha tenido seguimiento.

La huelga ha terminado y Zapatero debe escuchar. La ciudadanía está cansada de los sindicatos, pero también de la desprotección y el aumento de la miseria que la crisis actual, y el sistema que la ha provocado sustentan. No ha sido el parón absoluto que los sindicatos hubiesen soñado, pero ni mucho menos el fracaso estrepitoso que a la derecha tanto le hacía salivar. El sindicalismo, afortunadamente, sigue vivo, aunque España es un lugar peculiar. Dentro de la Unión Europea, este país mantiene dos plusmarcas muy esclarecedoras: es uno de los estados con menor porcentaje de afiliación sindical entre los trabajadores (sólo el 15%); y también el que más porcentaje de empresas tiene asociadas en la patronal (el 72%).

Sin hacer sociología de barra de bar, y culpar a la pereza hidalga o a la siesta de nuestros males históricos, hay tres motivos que explican bien esta doble anormalidad, que tanto se nota después cuando se compara la protección social en España con la de los demás países europeos. El primero: que, a diferencia del resto de la UE, los sindicatos eran aquí ilegales hasta hace no tanto. El segundo: que la gran mayoría del tejido empresarial español está compuesto por pymes, por pequeñas empresas, donde cuesta mucho más plantar cara al patrón. El tercero: que también somos el país de Europa con mayor paro y mayor temporalidad en los contratos; es decir, el país con mayor precariedad laboral.

Que con mimbres como estos, con el miedo al abismo económico que nos derrota a todos, con la martilleante campaña antisindical y con casi todos los medios y las encuestas en contra, los sindicatos hayan sido capaces de movilizar a millones de trabajadores en una huelga como la de ayer, supone un toque de atención que el Gobierno no debería ignorar. Los que han protestado no son, precisamente, los votantes de Mariano Rajoy. Es el presidente José Luis Rodríguez Zapatero quien se juega el futuro del PSOE si no sabe escuchar, negociar y rectificar.


Evitar el crimen perfecto de Baudrillard

La crisis que estamos viviendo no es la única ni la más grande de la historia, ni los factores que la han desencadenado (la ingeniería financiera, la desigualdad, la plena libertad de movimientos de capital…) nos pueden resultar novedosos. Quizá sí haya sido la primera auténticamente global, pero tampoco esto es un hecho del todo nuevo en un planeta como el nuestro afectado por el cambio climático o por crisis alimentarias que tienen que ver con lo que ocurre en cada una de sus esquinas.

Pero me parece que está empezando a ser singular porque las respuestas que se les están dando no podrían llegar a ningún lado si no se estuviera produciendo al mismo tiempo el “exterminio progresivo del mundo real” del que hablaba Baudrillard.

Cada vez menos de lo que dicen y hacen los gobiernos y los grandes organismos internacionales es verdad. Han logrado convertir la crisis en una gran excusa. Haciendo creer a la ciudadanía que luchan denodadamente contra ella, toman en realidad medidas que van a provocar dentro de poco otra semejante a la que aún estamos sufriendo.

Afirman que ponen fin a la avaricia bancaria y al desorden regulatorio de las finanzas, pero no mueven ni una coma de las normas que han dejado y siguen dejando hacer a su antojo a la banca, que continúa sin utilizar los billones de recursos que se han puesto a su disposición para financiar a empresas y consumidores mientras se dedica a jugar al Monopoly sobre el tablero del mundo.

Dicen que desean relanzar la economía y favorecer la creación de empleo, pero lo que hacen es limitar el gasto y aplicar medidas de austeridad que van a volver a reducir el crecimiento. Y afirman que así debe ser para limitar el impacto negativo de los déficits y la deuda, cuando lo más probable es, como han demostrado recientemente Mark Weisbrot y Juan Montecino, del Center for Economic and Policy Research de Washington, que la nueva desaceleración que están provocando límite a medio y largo plazo las posibilidades de obtener ingresos y, por tanto, de reducirlas efectivamente.

El Gobierno español insiste en mostrarse como un adalid de las políticas de igualdad, pero acaba de presentar un proyecto de presupuestos en los que se reducen las prestaciones por maternidad, paternidad, riesgo durante el embarazo y lactancia natural y las ayudas a las familias con escasos recursos, y que incluso incumple la ley recién aprobada el año pasado que determinaba la ampliación del permiso de paternidad de las dos a cuatro semanas a partir del 1 de enero de 2011.

Hablan de que es imperioso obtener recursos para salir adelante y huir así de la amenaza de la crisis y, sin embargo, se dedican a remover el chocolate del loro que más daño hace a los trabajadores mientras pasan de soslayo por las inmensas fortunas de los poderosos o de los multimillonarios gastos militares.

Y con la reforma laboral que ha motivado la huelga general se alcanza, de momento, la cima del argumento falsario.

Ni siquiera les resulta necesario a quienes la promueven ponerse de acuerdo en los argumentos con que justificar el mayor recorte de derechos laborales de nuestra historia democrática. Sea una medida o su contraria, afirman sin rubor que es imprescindible para crear empleo, aunque a su lado el otro promotor diga que es para aumentar la productividad por lo que se adopta, o el de más allá afirme que es para reducir la temporalidad, y el de acullá sostenga que es para favorecer a los jóvenes desempleados. Y siempre, eso sí, porque sin tales medidas no podremos salir de la crisis, cuando la realidad indica que la teoría económica más solvente no es la que reduce los problemas del empleo a lo que ocurre en los mercados de trabajo, sino la que pone el acento en los mercados de bienes y servicios. Y los efectos que sin lugar a dudas va a provocar en ellos esta reforma es su nuevo y progresivo deterioro. Es decir, el empeoramiento de todo eso que dicen que van a mejorar.

No hay ni una experiencia histórica que muestre que reformas de este tipo traen consigo más bienestar, mejores salarios, empleos más numerosos y de mejor calidad, o derechos más potentes para los débiles. Todo lo contrario. Pero los gobiernos y quienes les han escrito la partitura articulan su discurso para convencer a la gente de que son estas normas las que muestran la perfecta correspondencia de los verdaderos progresistas con los nuevos tiempos. Y la derecha, mientras tanto, que hizo exactamente lo mismo al gobernar, aunque quizá con menos ditirambo, se autoproclama de seguido como el partido de los trabajadores. Puro teatro.

Los ajustes y reformas que se están llevando a cabo y las que van a venir enseguida para poner a disposición de la banca una mayor parte del ahorro que los trabajadores dedican a financiar las pensiones públicas y para proporcionar nuevas fuentes de rentabilidad privatizando servicios públicos no nos llevan al final de la crisis sino a las puertas de otra. Y las razones que se dan para poner todo esto en marcha no son argumentos, sino la forma de colocar a la ciudadanía en el “ombligo de los limbos”, al que se refirió Baudrillard.

Pero esta huelga general no es sólo una prevención frente al daño de la reforma laboral, o la que viene de las pensiones, sino una imprescindible defensa frente al crimen perfecto, mucho más peligroso, que las acompaña.

Siempre queda un hueco a la esperanza

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...