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sábado, 25 de julio de 2009

Lo peligroso de buscarse la vida


Antes de irnos de vacaciones plasmaremos una entrada para no perder las buenas costumbres de arremeter contra la (mafia) de la Sociedad General de Autores, su infame "acuerdo" tácito con el Gobierno de ZP, la in-cultura que mueve -o inmoviliza- a esta sociedad y las posibles alternativas a desarrollar. Porque ya estamos cansados de tener un servicio de internet caro y lento y mucho más lo estamos de pagar los lujos a los vagos con el canón (para un par de días me trabajo una entrada sobre lo que supondría apoyar la promesa electoral de PP de suprimir el recargo). El mundo internauta se pregunta cuanto va a tener que soportar esta lacra, este derecho subersivo, tendencioso e inmoral que se cobran los "artistas" y más aún me planteo yo; ahora que la cultura general, global, pero sobretodo la "descatalogada", añeja, innacesible desde el desierto cultural y musical español ha conseguido hacerse conocida y escuchada a golpe de ratón, ahora que todos esos recursos culturales se archivan, copian y facilitan entre usuarios. Vemos películas antiguas, oímos músicas desconocidas y cambiamos discos y films que no vienen de las multinacionales, ¿de verdad se creen que vamos a volver a la inopía?. Craso error.

Le comentaba a mi hermano esta mañana que es más peligroso, para ese secritisimo lugar, en el que adquiero cds y dvds vírgenes sin pagar el canón, esta actividad, que si en su interior se pudieran conseguir armas, esclavos, esclavas o droga. Qué seguro que el peso de la ley caería más fuerte contra ellos por la actividad primero descrita que por el resto de ocupaciones ilícitas. Efectos de un pacto por mantener la industria dicen las voces más "autorizadas", pero que en realidad hablan del inmovilisimo, de la nula capacidad de reacción ante la revolución 2.0. e Internet. Las nuevas tecnologías han asestado un duro golpe a la industria del entretenimiento con las posibilidades de replicar los contenidos grabados y la globalización proporcionada por internet. Estas industrias, y otras afectadas por el progreso tecnológico, presionan a los Gobiernos para que se legisle en su favor, bien cobrando el siniestro canon que presupone que cada usuario de internet o de cualquier máquina grabadora de cualquier cosa es un delincuente, bien recurriendo a medidas de corte totalitario, como impedir el acceso a internet de los infractores de la legislación protectora, a los que llaman “piratas”.

La base de la actitud de la industria es la mal llamada “propiedad intelectual”, concepto necesitado de una revisión profunda y cada vez más urgente, y utilizado casi siempre demagógicamente con amenazas que la historia del progreso humano se ha encargado de desmentir: la imprenta acabó con los copistas, pero no con la escritura; los discos y el cine no acabaron con el teatro, las imprentas sobreviven a las fotocopiadoras domésticas y la televisión no ha liquidado a la radio. La era informática ha obligado a la reconversión de los linotipistas. Nihil novum. Así funciona la vida, y tratar de frenar el progreso técnico con multas o prohibiciones es una actitud reaccionaria con muy poco parangón posible.

El futuro no está en coaccionar a los usuarios de internet, sino en revisar el concepto de propiedad intelectual, demasiado esgrimido con mentalidad, esta vez sí, de piratas.

ersonalmente, lo que más me molesta de toda esta actitud de la SGAE convirtiéndose en el enemigo público número uno de las nuevas tecnologías, los conciertos benéficos y el sentido común, es la desvirtuación de ciertos valores y términos. Yo soy de una cierta vieja escuela, y para mí palabras como “creador” o “autor” me evocaban imágenes como, qué sé yo, Miguel Hernández leyendo poemas bajo las bombas de la guerra civil, Miguel Unamuno encarándose con Millán Astray, Joan Báez cantando contra la guerra del Vietnam, ese tipo de cosas.

Hoy, para casi cualquier joven, las palabras “autor” o “creador” sirven para definir a Teddy Bautista apadrinando la entrada de policías en hogares a buscar discos, Ramoncín haciendo de jurado de OT o José Luis Garci… bueno, simplemente rodando otra película. El hecho de que un mínimo de los afiliados a la SGAE cobren realmente de ésta, que existan voces de disensión en su interior, o que haya otras asociaciones de defensa de los artistas, todo ello queda oscurecido por la actitud de los individuos autorizados legalmente –según reciente sentencia- a colocar espías en las bodas.

Desde la idea de la creación como herramienta de lucha, como voz del pueblo, a los supuestos creadores –los más talibanes, por cierto, con una carrera artística mediocre- convertidos en perseguidores de los nuevos movimientos sociales ja pasado poco más de un par de décadas. Pero los últimos años han sido bastante demoledores. Y veremos si recuperables.

Si los “creadores” realmente defendieran su propia labor… Sin embargo, todas y cada una de las acciones de la SGAE en realidad se dirigen a defender el actual modelo de distribución, que está superado por la tecnología. Hay una analogía que no creo haber leído en ningún sitio, pero que me parece que define perfectamente lo que ocurre en la actualidad.

Lo que hace la SGAE es como si el gremio de pintores y el de escultores hubieran intentado prohibir la fotografía en su nacimiento, al reproducir las obras creadas originalmente por sus asociados.

Sin embargo, pintores y escultores tuvieron que aprender a vivir con la idea de reproducción. Su negocio, es cierto, cambió: no es necesario comprar originales para decorar una casa. Pero sobrevivieron defendiendo el valor añadido del original, encontrando nuevas funciones públicas etc. Y, por supuesto, persiguiendo a quien reprodujera su obra con el fin de enriquecerse. Pero no al particular que hace fotos en el museo o el parque donde se coloca la estatua.

Puede cobrarse por copias cuando los particulares no pueden realizarlas por su cuenta. Al hacer hoy posible la tecnología la copia a cualquier ciudadano con un equipo informático corriente, como antes ocurrió con las fotos, los intermediarios sobran.

Los buenos músicos sobrevivirán dando conciertos. Los buenos escritores sobrevivirán con ingresos adicionales como analistas de nuestra sociedad, conferenciantes, articulistas. Los buenos cineastas venderán sus obras internacionalmente, sumarán premios y no necesitarán de presupuestos tan altos.

Los malos –y quienes han hecho posible que se dediquen a ello de la mano del marketing y estructuras obsoletas-, tendrán que reconvertirse. Sin subvenciones: no se puede salvar lo que no tiene futuro. Si se las apañaron los de la metalurgia vasca o a los aparceros castellanos, que en teoría era gente menos preparada que estos supuestos “autores”, supongo que también ellos tendrán que salir adelante. Para eso están los cursos del INEM.

Aunque, lógicamente, antes de perder ese estatus seguirán pataleando, es lo que están haciendo.

Con suerte, en treinta años ya se nos ha olvidado todo esto, y los jóvenes volverán a admirar a los creadores.

jueves, 3 de enero de 2008

2008 y España sigue sin ser laica


Nos tomamos las uvas el lunes con cierto sentimiento de alivio (en gran parte gracias al genial José Mota), pero que ya en miércoles laboral se ha transformado en la desazón y angustia permanente en la que nos tienen instalados la derecha recalcitrante, fascista y clasista, amparada por la no menos retrógrada jerarquía eclesiástica.

El pasado domingo (día de misa) 30 de diciembre, la clase dirigente de la iglesia católica tuvo a bien organizar un mitín político encubierto en favor del PP. Con eslogán "Por la Familia" los obispos y cardenales han mostrado sus pocos valores democráticos y olvidándose de la Constitución, que supuestamente tanto defienden, han entrado a criticar la política social e integradora del Gobierno socialista, en aras de los valores repugnantes de la España tradicional, de clases y que margina a todos aquellos que no siguen los preceptos del nacional-catolicismo.

Para los que no tengan una constitución a mano: Artículo 16, parrafo 3:
"Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones."

¿Qué quiere decir esto? Que el Gobierno de la nación no esta en obligación de seguir los preceptos de ninguna confesión, aunque si que podrán legislar sin atentar contra las consignas de ninguna confesión. La ley del matrimonio entre homosexuales, la ley de dependencia, la ley del divorcio rápido o la ley de investigación con células madre, según la jerarquía católica viola los designios de Dios y sobretodo de sus interlocutores en la tierra. Es decir, las altas esferas del cristianismo en este país se aferran al franquismo, creando ciudadanos de segunda ("los buenos españoles") e intentando guardar esos valores en el subconsciente de la población. Estas leyes de potente calado social e ideológico preocupan a los obispos; pero son las leyes que tocan la economía y el bienestar de la clase dirigente eclesiástica lo que de verdad enciende sus ansías de venganza (y ex-comunión). Preocupados andan porque si se aprueba la ley que trata de ordenar la recaudación de impuestos y concesiones que se hacen a las iglesias, puedan perder parte del pastel económico, en favor de otras confesiones dentro de una sociedad que ya no se refleja como un monopolio espiritual.

La ley de calidad de la enseñanza según la jerontocracia católica es un atentado contra la elección de los padres sobre qué educación religiosa quieran para sus hijos e hijas. ¿Pero por qué? Este es un estado aconfesional, sin religión reconocida. Por qué un niño o niña tiene que estudiar los hechos narrados en la Biblia. Por qué no los del Corán, los valores de la khaba judaica o los designios de Confucio. Esas horas ya se ofrecen dentro de las iglesias o mezquitas, donde la población, por fortuna, decide donde entrar en su tiempo libre. La educación pública debe ofrecer una enseñanza en valores universales. Un conocimiento global e integrador de todas las confesiones existentes. ¿Por qué en la enseñanza pública y obligatoria no se estudia filosofía?. La ética es obligatoria, no la religión. Prefiero un mundo en el que los jovenes sepan ceder su asiento a una persona mayor, o a una embarazada, o reconozcan el derecho y el valor de los emigrantes a buscarse la vida más allá de sus fronteras, que un mundo en el que todos conozcan el milagro de los panes y los peces o el que existe y esta amparada por la Biblia una lapidación.

España ha de abrazar de una vez el laicismo. El estado aconfesional actual fruto de los acuerdos con la Iglesia (1976 y 1979) tras la muerte de Franco ha quedado en desuso, dada la actitud beligerante, agresiva y retrógrada de los dirigentes de la iglesia y sus voceros habituales. Una Iglesia que guarda en su seno a impresentables con enfermizas opiniones sobre la pedrastía, y que poco ha cambiado de aquella que participo y bendeció el último asalto exitoso a la democracia en este país: El alzamiento del 18 de junio del 36.

El PSOE debe ya de olvidar el talante y las buenas maneras ante los ataques intempestivos de la Iglesia que tratan de movilizar su "electorado" en favor de un PP que ve de buena gana como el altavoz de altar hace campaña por sus ideales de tradicionalismo y clasismo. José Blanco, secretario de organización del PSOE, ha pedido una "rectificación" a la jerarquía católica por "mentir"con descalificaciones sobre los derechos humanos y el retroceso de la familia. La familia, al igual que España, no se rompe. Es más se refuerza, porque todos y todas, tenemos ahora los mismos derechos que durante muchos años se nego en la retaguardia a gran parte de la población. España es un país más avanzado tanto democráticamente como ideológicamente y es capaz de asumir el cambio a un laicismo que trae valores de respeto, igualdad y tolerancia.

Y más desasosiego si se vive en Salamanca. No contento con subir los impuestos, encontrar en la Gaceta al senador McCarthy y poner en el punto de mira las protestas vecinales como una trama del resto de la oposición al más puro estilo de las SS (ya saben, como cuando en el Tercer Reich marcaban las puertas de los judíos con una estrella de David), ahora el cacique ha tratado de por la puerta de atrás, conseguir sus propósitos y mantener su idea de gobernar la ciudad como su cortijo particular.

A qué espera el PP para obligar a este impresentable a dimitir. ¡¡Qué se vaya ya!!. Salamanca otra vez noticia por sus tics despotas. Otra vez noticia, al mismo nivel que la Marbella de Julián Múñoz, por la corrupción, el inmovilismo, la avaricia, la derecha y el fascismo. Otra vez, una vez más. Y es que ya no solo debe dimitir. Debe ser juzgado, y por supuesto condenado; debe ir a la cárcel, a ver que tal le sienta el pijama de rayas, y a ver la vida entre barrotes, como él ha obligado a toda la ciudad a vivir estos 12 años.

Y debe de ocurrir ya un cambio de color político en el gobierno de esta ciudad, de esta provincia y Comunidad Autónoma. No más cacicadas y mentiras pro-PP y del PP. Pero esto solo son vagas ilusiones, porque mucho me temo, que en Salamanca cambiando el "muñeco" volverá la derecha a gobernar.

Ah!!, se me olvidaba. Feliz 2008 a todos y todas. Ojalá este año este lleno de salud, esperanza, alegría y paz, para convertir todos nuestros deseos e ilusiones en realidad, y postrar al último rincón toda violencia, desesperación, humillaciones y problemas.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...