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martes, 6 de mayo de 2025

Perfumerías Avenida: Fin de temporada

 

Iyana Martín, lamentándose el domingo en la pista de Valencia Basket

Termino ya el año para Perfumerías Avenida de Salamanca. Ayer perdía en el computo de las semifinales frente a Valencia Basket, y por primera vez, en 18 años (exceptuando el año de la pandemía), Avenida no jugará la final de la Liga Femenina de Baloncesto.

Se confirmaba así el tercer año sin títulos, y se reafirmaba lo que escribía hace un mes: un equipo muy deslavazado, con la confianza muy tocada, con los roles muy difusos y sin la integración coral, ni en lo anímico y muchos menos en el juego, de todas las jugadoras en la causa.

Avenida, como eso si está en su esencia, competía muy bien la eliminatoria y quizás juntaba algunos de los mejores minutos del equipo en la temporada, en especial el otro día en Würzburg. Pero aún así, del todo insuficiente ante un Valencia Basket con una pléyade de jugadoras de máximo nivel europeo, fruto, primero de una inversión económica muy fuerte y también atinada; y segundo, de una dirección técnica muy acertada e interesada, con sus errores y omisiones, en integrar a todas.

Pero lo cierto e incuestionable es que Perfumerías Avenida va a vivir como espectador una final de Liga por primera vez desde hace casi 20 años. Con este resultado se impide el acceso a la Euroliga del año que viene, lo cual hace necesario tildar la temporada de fracaso.

Fracaso por este resultado deportivo pero también por el juego mostrado. Ha sido un dolor y un desastre ver jugar a este equipo con profundos y constantes atascos ofensivos. Incapaz de generar ventajas para sus jugadoras ya sean exteriores o interiores y donde las lagunas propias, el trabajo defensivo ajeno y las carencias de partida se han ido agudizando en vez de resolverse. Tampoco es que en defensa Perfumerías Avenida haya brillado y ciertas situaciones se han ido repitiendo durante toda la temporada para sacarle puntos a las charras.

En liga regular Avenida ha sumado 8 derrotas en 30 partidos. Hacía 19 años que no se sumaban tantas. En Euroliga el balance en 12 partidos es de 5-7 con varias derrotas por más de 20 puntos. Todo ello resultado de un juego de anotación limitada basado únicamente en el talento individual de una jugadora cuando el tiempo de posesión se agota.

Es evidente el cambio de ciclo en la Liga Femenina de Baloncesto. Estoy seguro de que en la federación española estarán muy contentas de tener a dos equipos, dos marcas ACB, compitiendo por el título de liga. Han llegado con mucho músculo, mucho dinero y el interés de dos ciudades (y sus autonomías) detrás, sobrepasando por la derecha a Avenida y Girona. Todavía no sé si el que lleguen estas estructuras al baloncesto femenino es positivo. Tengo mis dudas. De entrada y en primer término vamos a ver qué audiencia consiguen estos equipos. Sin Salamanca ahí.

Lo cierto e ineludible para nuestro club y equipo es la auto crítica. También para la masa aficionada, y la propuesta por rendir mejor. No sé si Anna Montañana cumplirá el contrato que le queda como entrenadora. Desde luego el balance es malo, no sólo en resultados, sino en satisfacción con el juego. Tampoco ha destacado por unas lecturas de partido acertadas y sobretodo, adecuadas y rápidas. Los cambios de jugadoras han funcionado como esquema cerrado retirando confianza a muchas de las jugadoras (pensemos en las 3 que abandonaron el barco en diciembre), y sobre-explotando a las de más talento que han llegado al mes de abril ya faltas de oxígeno en piernas y en cabeza. Si el año que viene no se empieza bien, tanto en resultados como en juego, la paciencia va a desaparecer y vamos a añadir muchos más problemas. Necesitamos que Montañana acierte en el banquillo y en los entrenamientos y también en la preparación, y no creo que sea positivo tener una entrenadora que también va a pasar tiempo del verano con una selección. Es mi opinión.

En cuanto a la plantilla me niego a entrar en el juego futbolero del paji-plantilleo. Son evidentes algunos nombres que suenan para llegar. Y también que las salidas van a ser numerosas. Personalmente a parte de Iyana Martín, que es la mejor noticia de largo de estos tres años para Avenida, yo me quedaba con las nacionales, ya veteranas que han demostrado que les importa este club, este equipo, esta afición y esta ciudad.

Silvia Domínguez, Andrea Vilaró y Laura Gil tienen mucho baloncesto que ofrecer, y bien dirigidas y aportando con unos roles adecuados a sus condiciones, no tengo ninguna duda de que sumarían en el equipo. Espero que se queden un año más, y se pueda construir un equipo lo suficientemente cohesionado para que puedan añadir un título más o varios, a su carrera.

¿Del resto con quién me quedaría?. Personalmente con Arica Carter. Dándole otra fuente de anotación exterior solvente se le quitaría mucha presión del peso ofensivo del equipo, y podría regular sus esfuerzos. En cuanto al juego interior a mi no me vale ninguna. Gracias pero no podemos permitirnos una temporada tan gris e intermitente de Fassoula (una debilidad personal mía, tanto en la pista como fuera de ella por lo que crea en el vestuario, pero muy condicionada por su grave lesión del año pasado,) y de Kone, sobrada para hacer estadística, pero con una IQ, una inteligencia en pista, muy limitada que minimiza hasta lo anecdótico su aportación numérica. Al resto, gracias pero no podemos permitirnos jugadoras que desaparecen, se esconden, que no le echan arrestos, que delegan en las veteranas o en Iyana.

A partir de ahí, que vengan las que tengan que venir. Tengo mis nombres por supuesto, pero considero básico una base más que permita mayor descanso a Martín, Silvia y Carter. Una tres con capacidad de anotación exterior. Y una cuatro que pueda abrir el campo y en defensa cambiar con las compañeras sin penalizaciones. Estas jugadoras son las que de verdad cuestan dinero. Luego habrá que completar la plantilla con jugadoras que sumen y participen, para lo que es básico el compromiso de la entrenadora en hacer partícipes a todas y en un reparto de roles adecuado y propio del baloncesto actual.

En cuanto al club. Lo primero de todo desear que continué la apuesta por el baloncesto femenino profesional en Salamanca y en hacer comunión dentro del paupérrimo tejido social de la ciudad. Importante fijar la Eurocup del año que viene como un objetivo, al igual que la Liga Regular, para sumar el último título que queda por conseguir en las vitrinas y para estar en la lucha por la clasificación para la Euroliga del año siguiente. Se hace fundamental el que lleguen más patrocinadores porque una “pequeña” empresa de Salamanca, a la que le agradecemos inmensamente su implicación no puede competir con la marca nº1 entre los supermercados españoles (¡hay que joderse!), y con una de las principales empresas cárnicas del país. Y estemos atentos a la llegada de otras “marcas” ACB.

Hay que trabajar en atraer más colaboradores. Empezando y de manera fundamental con el Ay-untamiento y la Junta. Se me hace evidente que llevamos varios años pagando una mala relación entre Jorge Recio y sus ex-compañeros en la alcaldía de Salamanca del PP. Recio no pudo en su tiempo de concejal de deportes devolver a Salamanca, aunque hubiera sido el hogar de Perfumerías Avenida, el pabellón Multiusos Sánchez Paraíso, secuestrado en una concesión dantesca. Pero está claro que acabaron pasando cosas que han evitado que haya una mayor implicación de las instituciones políticas en el proyecto de baloncesto femenino y deporte en Salamanca. El club más importante de Castilla y León y que está absolutamente ignorado por la Junta y sus medios afines. Muchos ya sabemos como funciona la ruin, vengativa y vende-patrias derecha de esta ciudad, provincia, región y país.

El club, y con él la afición, los medios y la ciudad, deberíamos de ir al gran objetivo: Un mejor pabellón. Si no es el Multiusos, y tampoco la Alamedilla en un espacio corto de tiempo, habrá que reformar Würzburg, que iría más allá de colocar otros asientos. Hay problemas en esta instalación con la electricidad, y con el calor que hace especialmente en abril y mayo, cuando las horas de luz achicharran la cubierta de aluminio. También son necesarias unas instalaciones más adecuadas y profesionales para el club.

En cuanto a la dirección técnica es imprescindible recuperar a Carlos Méndez, dentro de un organigrama más fluido y con separación de poderes y responsabilidades. Obviar su conocimiento del mercado es un error que no podemos permitirnos repetir tras estos años tan desilusionantes y con tantos problemas. Recuperar esta estructura, y mejorarla y ampliarla, daría también aire y tiempo a Jorge Recio y su satisfacción con todo esto, para continuar apostando por el baloncesto femenino y que entre todos, y evidentemente él y su empresa, Perfumerías Avenida, poniendo el nombre y el dinero (muy importante), podamos seguir viviendo este sueño.

Y en cuanto a la afición. Pues ahora es el momento de estar. De seguir acompañando y apoyando. De cuidar y de cuidarnos. De renovar una ilusión. Pero también de descansar, de desconectar, de no seguir intoxicando cualquier foro, o dejándose envenenar. Eso no quiere decir que no se sea exigente, porque si algo ha demostrado esta afición es saber baloncestístico, y estoy seguro que en cuanto vayan apareciendo las salidas y llegadas se percibirán dónde y por qué estarán las fortalezas y debilidades.

Es tiempo de dejar trabajar a las profesionales (seguro que buena parte ya se ha hecho). De que extraigan sus conclusiones y realicen las apuestas necesarias para que el club vuelva a construir un equipo, cohesionado entre sí y con la afición, y que todos vayamos a una.

Si me he visto en la necesidad, y el gusto, de escribir estas líneas para ordenar mis ideas, es por las ganas y la pasión por este equipo. Pero hasta esta línea. Desde aquí, hasta la temporada que viene.



lunes, 12 de agosto de 2024

Juegos Olímpicos París 2024: La ciudad de la luz y los claroscuros del Olimpismo

 

Ayer con el apagado de la llama olímpica se ponían fin a los Juegos Olímpicos París 2024. Los Juegos de la XXXIII Olimpiada se desvanecieron como el fuego alojado en la pequeña lámpara, consumida bajo el aliento del nadador francés León Marchand y de otros deportistas olímpicos. Pero van a conseguir guardar en el recuerdo una buena retahíla de grandes momentos de diversa índole, que durante los últimos 16 días han dejado los atletas y naciones participantes. Hombres y mujeres que han competido en pos del éxito deportivo, pero que sobretodo han convivido en la capital francesa mostrando un ejemplo de todo lo bueno que el ser humano es capaz de construir, en palabras del Presidente del COI en su discurso para clausurar los juegos.

Sin embargo, omitió Thomas Bach la incapacidad del movimiento institucional olímpico para imponer treguas en los conflictos armados y guerras que se están sucediendo por todo el mundo. Su fracaso es el de todos, el de una sociedad y una comunidad internacional en absolutos conmovidos por las matanzas indiscriminadas del sionismo israelí en la franja de Gaza, comandados por el criminal de guerra Nethanyahu que mientras sus atletas competían en París, se ha dedicado a bombardear escuelas asesinando a niños y niñas, mientras ejecutaba una operación quirúrgica para asesinar al líder de Hamás, exiliado en Irán, involucrando de esta manera al estado fundamentalista de los ayátolas.

Si la ausencia de medidas de presión como podían ser los boicots a sus deportistas no ha servido para nada en el caso de Israel, la guerra entre Rusia y Ucrania ha continuado pese a que los atletas rusos (y bielorrusos) se han quedado en casa (salvo una mínima participación). El resto de conflictos en África o en la península Arábiga han seguido como si nada. No era tolerable una tregua olímpica que pudiera romper los mecanismos de hegemonía estadounidense en el mundo, y sobretodo, la influencia que sus corporaciones y conglomerados empresariales (militar, minero, financiero, petrolífero) empeñados fundamentalmente, en ganar dinero. Todo el dinero posible, sin importar las muertes y el dolor y el sufrimiento causados.

 

Pero quedándonos en la celebración de los Juegos Olímpicos no puede uno más que celebrar la excelente imagen que París y Francia han mostrado al mundo. Cimentados en la tremenda belleza de la capital gala, sumada a una gestión por el ciudadano de a pie, y no del coche o del turista, París se ha presentado como el escenario perfecto e idóneo para albergar los Juegos. Y no es que este evento no esté trufado de corrupciones, caciquismos, nepotismos, y en definitiva, el más bajo capitalismo de burbuja.

Algunos hay, seguro, que al calor del olimpismo se han forrado en París. Empezando por el Comité organizador y el propio COI que pueden colocar los inmensos dineros cobrados por los patrocinios y los paquetes de retransmisiones, sin apenas soltar un euro por el trabajo imprescindible que es llevado bajo la figura de los voluntarios. Tiene mucho mérito sí, pero a uno, marxista y materialista histórico al fin y al cabo, le chirrían que un evento de esta magnitud genere tal volumen de horas y dedicación de trabajo para satisfacer las necesidades de deportistas, periodistas y visitantes, y sin embargo, estos trabajadores no reciban ni un euro. Me parece una absoluta vergüenza que ya es coronada con la prestación de servicios de personas de mayores de 60 años, movidas si, por un espíritu olímpico, pero muy equivocadas, en pleno proceso de negociación y presión colectiva ante la voluntad del gobierno francés de subir la edad de jubilación a los 65 años. Si a los 65 años, que aquí nos acaba de colar el gobierno más progrsista de la historia una jubilación disimulada a los 70.

Pero, a priori, parece que el compromiso por una mejor sostenibilidad económica y medioambiental han acabado por cumplirse en unos juegos, cuya organización, tendrá ahora que hacer frente a las críticas surgidas, a la responsabilidad por los problemas causados, y lo más importante: Ahora que se han ido los periodistas y los deportistas, cumplir con las promesas de regeneración y legado de los juegos en los barrios marginales de la capital parísina, para cumplir así, con ese afán de mayor inclusión a varios niveles, económica, racial, entre sexos y entre religiones.

Con los Juegos ya desarrollándose la polémica y la incoherencia del COI y la comunidad internacional continuaba con la participación de los atletas israelíes, pero no impidió que aparecieran otras. La más importante la que tiene que ver con el deporte femenino y la salud de las mujeres.

La ultraderecha italiana lanzaba el bulo contra la boxeadora argelina Imane Khelif a la que acusaban, sin pruebas y falsamente, de ser una mujer transexual. Muchos nos comíamos el bulo en primera instancia, empezando por las organizaciones de mujeres que legítimamente y con razón, quieren defender la practica deportiva de las mujeres que se ven relegadas y usurpadas por hombres que artificialmente cambian de sexo para ganar a mujeres en competiciones regladas. Pero este no era el caso.

Khelif ha pasado todos los controles tanto de su federación, como de la internacional y el COI y lleva desde 2013 pudiendo competir sin ningún tipo de cuestionamiento. Es verdad que presenta una cuestión genética de asimilación de hormonas, pero este tipo de casos sólo saltan a la palestra cuando se trata de atletas de razas distintas a la blanca, y fundamentalmente cuando se trata de países pobres. Caster Semenya es un buen ejemplo de ello, a la que no se le permitió llevar una carrera deportiva normal. Sin embargo, las prestaciones de las estadounidenses Athing Mu o Brittany Griner, por poner unos ejemplos rápidos que se me vienen a la cabeza, no se discuten. En todos estos casos se trata de mujeres que presentan volumenes de masa muscular y de androgenía parecidos a los de un hombre, pero siguen siendo biológica y genéticamente mujeres y tienen todo el derecho del mundo a competir.

Otro tema, y en este si que hay que ir claro y de frente, es el de impedir que hombres transexuales compitan con mujeres biológicas. Lo siento. En esto no soy ecúanime. Es una cosa muy seria un cambio de sexo, con todas las implicaciones y sufrimientos personales, para que haya hombres que cambien de sexo e inmediatamente vayan a practicar el deporte que practicaban (mediocre ante otros competidores) antes del cambio. En esto las federaciones, los gobiernos y las instituciones internacionales tienen que posicionarse ya y dejarlo bien claro. No puede dificultarse aún más la práctica deportiva de las mujeres, que es un espacio suyo, de empoderamiento y participación, contribuyendo a un borrado sistemático de las mujeres, a través de la inclusión artificial de mujeres transgénero. Porque estas presentan las capacidades de los hombres, con lo cual la competencia, ni sería justa, ni partiría de unos mínimos, y porque el deporte femenino es un altavoz de las justas reclamaciones por la igualdad de todas las mujeres.

Por último, una cuestión que quiero comentar también ahora tiene que ver con la propia vestimenta de las mujeres a la hora de competir en sus respectivos deportes. Desde Occidente, hombres se quejan de los rigores que el Corán ponen a las mujeres musulmanas para poder practicar deporte. Como tienen que cubrirse el pelo y también su piel. Sin embargo, ven totalmente normal que otras deportistas aparezcan con tops y braguitas, cada vez más escuálidas para poder competir. Vestimentas que se amparan en reglamentos internacionales de inspiración machista y patriarcal, de maromos esmegmáticos que parece que sólo quieren el deporte femenino para ponerse cachondos. No es ni medio normal que atletas que entrenan con un pantalón corto durante todo el año tengan que competir en bragas, como nos muestran sus muslos al aire a distintos tonos de bronceado. Tan cosificadas y producto machista es una imposición como la otra. El uso del hiyab, amparado por un código moral y religoso, o de la braguita, sustentados en reglamentos deportivos y capitalistas, es tan inapropiado. Incluso más en las deportistas occidentales que parece que para que sean tomadas en consideración tienen que enseñar mucho más que su destreza deportiva. Lamentable y a reflexionar.

 

Volviendo al Olimpismo, en cuatro años nos veremos, si el mundo no se desquicia definitivamente, en Los Ángeles, en los Juegos de la XXXIV Olimpiada. Será la tercera vez que la ciudad californiana acoja la llama olímpica, y ante si tienen un reto mayúsculo para tan solo acercarse a la imagen ofrecida por París estas dos semanas. En un contexto de decadencia de la nación estadounidense cuyo uno de los efectos más visibles es la degradación en las grandes urbes, como Los Ángeles, cabría esperar que las inversiones se destinarán únicamente a dar auxilio a la emergencia social y económica de las gentes de sus barrios, por lo general, ya condicionados por el color de su piel. No en dotarse de infraestructuras megalómanas para cobijar un espectáculo deportivo. Si como cabe esperar, las inversiones de índole privada van para maximizar los beneficios que estos grandes patrocinadores saquen, los siguientes Juegos serán un fracaso, cuya imagen será la de esconder a los yonkis y pobres durante los días de competición.

No dudo de que en París se haya hecho un acopio para resguardar a los sin techo, y garantizar la seguridad de los visitantes, pero no me negarán que la situación de partida entre ambas ciudades es bien distinta.

Pero aprovechando el majestuoso espectáculo que es el urbanismo de París, los organizadores nos han regalado unas imágenes icónicas de la urbe que ya desde el primer día, con la inauguración, han embriagado nuestros sentidos. En una decisión acertadísima, y pese a la lluvia, los organizadores abrieron los Juegos Olímpicos a través del rio Sena, por donde fueron presentadas las distintas delegaciones nacionales con sus abanderados y abanderadas. La coreografía urbana del recorrido de la llama olímpica, se alternó con representaciones de la Historia de Francia y de París, así como algunas de sus tradiciones e identidades más propias, alternando las actuaciones musicales (de mucho mejor gusto y calidad en esta ceremonia de inauguración con respecto a la de clausura) de Lady Gaga o Celine Dion. Hasta el momento sublime con la interpretación de Gojira sobre los balcones del palacio de la Conciergerie de París, prisión durante la época del Terror en la Revolución Francesa. Con un tema compuesto para la ocasión, evolucionando de la canción popular durante la Revolución “Ah, ça ira”, que nos habla del afán por la libertad, la igualdad y el progreso de las gentes de París. En un dueto con la mezzosoprano suiza Marina Viotti, Gojira descerrajaba su composición (en playback de la batería de Mario Duplantier dada y disculpadas las circunstancias) para así cobrarse una deuda histórica, de estos acontecimientos para la música heavy. Si en 2012, en Londres, ante la propuesta musical británica las omisiones al género fueron insultantes (ni Black Sabbath, ni Iron Maiden aparecieron) en 2024 Gojira pasó factura y colocó al heavy metal, y a su death melódico como el ejemplo de la música más pasional, artesana y auténtica de la actualidad.

 

Centrándonos en lo deportivo los Juegos Olímpicos de París han supuesto la confirmación de un momento estelar en la Historia del deporte con marcas y pruebas que demuestran el avance en las técnicas de entrenamiento y preparación (alimentación, descanso, salud mental y avances tecnológicos). Se han batido multitud de récords, algunos de ellos de otras épocas, y otros confirmando a la pléyade de deportistas actuales.

China y Estados Unidos trasladaban al medallero su geoestragégico y cultural enfrentamiento en pos de la hegemonía mundial. Más medallas para los americanos que igualaron a última hora en número de oros gracias por un lado, a su colección de metales en atletismo, en una demostración de poder, y también de lo complicado que puede ser competir contra el modelo universitario americano (donde hay que recordar o descubrir a algunos que están permitidas las sustancias dopantes). Y fundamentalmente al baloncesto, tanto masculino como femenino, donde compiten con reglamentos más laxos que potencian sus cualidades físicas, su talento también y por supuesto su soberbia y mezquindad.

China por su parte copó todos los podios de los saltos y sumó multitud de medallas en deportes minoritarios pero sin ser suficientes para desbancar por primera vez a Estados Unidos. Ambas potencias se vieron beneficiadas de la exclusión de Rusia.

En la piscina, Estados Unidos volvió a sucumbir al poderío australiano, y aún sumando muchos metales, Canadá y sobretodo Francia con el fenómeno Leon Marchand (cuatro oros del chico maravilla francés) eclipsó la tradicional presencia yankee.

En gimnasia artística, Estados Unidos recuperó a la mejor Simon Biles y con ella el cetro por equipos, mientras que en masculino Japón y China compitieron hasta la última prueba por el oro quedándoselo los nipones gracias a la sobresaliente actuación de su joven valor Shinosuke Oka, también campeón individual.

En deportes de equipo Francia abría el melón con un emocionante Oro ante Fidji en Rugby7, con un Antonie Dupont espectacular. Si bien en balonmano masculino, les experts, fracasaban al caer en cuartos ante Alemania (uno de los mejores partidos de la Historia), allanando el camino para que Dinamarca arrasará hasta recuperar su cetro, si que en otras disciplinas los anfitriones han respondido: Oro en voleibol masculino, plata en balonmano femenino, ante las incombustibles noruegas, plata en fútbol, y finalistas en los dos torneos de baloncesto. En suma, Francia ocupaba el tercer puesto en el medallero y en la práctica totalidad de disciplinas, deportistas franceses han aparecido por los podios con el frenesí de un público entregado y docto.

En ciclismo en ruta, Remco Evenepoel aprovechó su momento de forma tras el Tour de Francia y ganó el Oro en Ruta y en contrarreloj, rompiendo un muro que no se había roto desde hacía 50 años. En la Mountain bike Pidcock revalidaba su Oro de hace 3 años, mientras la heroína francesa Prevot hacía lo propio. El velódromo ha sido un espectáculo con sorpresas como el Oro portugués en Madison masculina y pronósticos cumplidos como el del francés Benjamin Thomas en Omnium.

Duplantis añadió un centímetro más a la épica del salto con pértiga, mientras en la carrera de los juegos, Sidney McLaughin batía el récord del mundo de los 400 vallas para doblegar a Femke Bol, quien, unos días antes remontaba a Estados Unidos en el relevo mixto para Países Bajos. En el tartán, Canada asaltaba el dominio polaco en el martillo, al tiempo que la belga Nafissatou Thiam ganaba su tercer oro consecutivo en Heptalón y Fatih Kipyegon lo hacía en el 1500 femenino. Las pruebas del medio fondo y el fondo, tanto en masculino como en femenino, resultaron apasionantes, batiendo récords olímpicos y alternando tanto las sorpresas como la consagración de hombres y mujeres dominadores de sus pruebas.

Pero si de oros consecutivos hay que hablar hay que hacerlo del cubano Mijaín López Núñez, luchador grecorromano que es el primero en ganar cinco oros individuales consecutivos en los Juegos Olímpicos. Su éxito, talante, talento y compromiso es el de la Revolución, aunque silenciado por los medios occidentalistas, ha sido tan colosal su demostración que hasta el COI ha tenido que arrodillarse ante él.

Países Bajos, pero también Uzbekistán, Hungría, Italia o Brasil daban una sensación magnífica de éxito deportivo. Todos los resultados aquí.

 

Para la participación española nos volvemos a repetir. Vuelven a quedarse lejos del número de medallistas de Barcelona 92, y ni siquiera se suman 20. Multitud de deportistas han quedado como finalistas, especialmente en las posiciones cuarta y quinta de sus competiciones. Dramático es en las artes marciales, donde nuestros representantes, que llegaban entre los 3 primeros del ránking, ante la competencia olímpica se han bloqueado de una manera alarmante. La estadística dice que nuestros judokas y taekwondistas han disputado hasta 18 combates por medalla (acceso a semifinales y después bronce por repesca) sólo ganando 1. Esto nos habla de la terrible presión a la que se ven sometidos, de cómo afrontar el reto para sumar una medalla que puede cambiar sus vidas.

Esta presión la empieza poniendo el propio COE en las palabras del impresentable de su presidente, Alejandro Blanco, pero que no se apresta a conseguir más financiación y profesionalización de nuestros deportistas, pero se llena la boca con los éxitos que tienen que sumar los demás pese a su inoperancia e incapacidad. Deberá dimitir hoy mismo y no empezar a anunciar medallas en Los Ángeles, el cara dura.

Es lo de siempre. No hay inversión para las escuelas de deporte, para detectar el talento joven y para crearlo. Si obviamos Madrid, y tampoco con las necesidades que tiene pese a expropiar toda la riqueza del estado, y Catalunya para quien el deporte es una forma de crear identidad nacional, el resto del estado español es un páramo a la hora de la práctica deportiva. ¿Cuántas piscinas cubiertas hay por cada 10.000 habitantes? ¿Cuántas horas quedan para enseñar deporte? ¿Cuántas pistas de atletismo y velódromos homologados por provincia y por comarca tenemos? ¿Cuántas horas están los pabellones disponibles para escuelas de formación deportiva? ¿Cuántos entrenadores y formadores, de distintas especialidades, pueden vivir de esta actividad y cotizar por ello? Hablemos de árbitros y jueces, imprescindibles y sin embargo, ninguneados.

Todo esto es necesario, clave, para hacer cantidad, y de la cantidad extraer la calidad. Y luego ya en edad adulta para acompañar a las y los atletas satisfaciendo sus necesidades para competir: Viajes, entrenadores, preparadores físicos, fisios, medicina deportiva, psicología, equipamientos, instalaciones, etc. Si uno piensa en todas estas carencias fehacientes de nuestros representantes no podemos más que quedarnos en pie y aplaudiendo hagan lo que hagan, simplemente por el hecho de competir.

Pero el mono-cultivo del fútbol en este país ahoga cualquier inversión para el resto de deportes, que ya sea pública, siempre baja y condicionada a la voluble voluntad de los electorados y la más que siniestra de muchos de los políticos, y la privada, escasísima por el nulo retorno que se obtiene.

Con estos mimbres vamos a unos los Juegos son un escaparate monumental para cada uno de los países, y todos ellos aprietan en la preparación. Incluso ningueando la participación en mundiales o europeos para competir con todo en los Juegos. Nosotros llegamos con muy buen nivel, bien posicionados en muchas disciplinas y en ambos sexos, pero ante el umbral olímpico nos vemos rebasados por las propuestas y disposiciones de los demás competidores. Toca reflexión, una vez más, y la puesta en práctica de una política deportiva estatal (en consonancia con las administraciones regionales y locales para fomentar la práctica deportiva multidisciplinar, como garantía de vidas más saludables y de unas mejores convivencias y asociacionismos), y después para modernizar los programas ADO y legar e invertir mejores recursos en el trabajo y pasión de nuestros deportistas. En esto, evidentemente entra una gestión directiva y administrativa profesionalizada y que dé información y transparencia sobre su actividad. Basta ya de las endogamias y corrupciones que se ven en las federaciones y en el COE. Supongo, que al igual que pedir a RTVE que con Teledeporte haga una buena gestión de las retransmisiones deportivas, será como predicar en el desierto.

Por lo tanto, es fundamental una voluntad política y social en nuestro país para hacer del deporte una cuestión básica, que mejorará la salud de la población, y encima nos unirá más y nos reconfortará. Evidentemente, esto es una quimera porque ya sabemos como está el asunto.

Pero lo cierto es que aún con todo, hubo grandiosos momentos para la participación española. Destaco dos: Por un lado el Oro en relevo mixto de marcha con María Pérez (plata en la prueba individual) y Álvaro Martín (también bronce en su prueba individual). Un éxito colosal de la marcha española, que tiene al enemigo en casa, pero que es una prueba en la que somos potencia dominadora gracias al desempeño de nuestros formadores, entrenadores y marchadores. Además, que el éxito lo protagonicen dos atletas de provincias, de clase trabajadora, que han superado a sus rivales, sus lesiones y antes a las trabas de clase, otro ejemplo.

El Oro olímpico de la femenina de waterpolo también ha sido colosal. Firmando un torneo completísimo la unión de dos generaciones distintas de jugadoras, bajo la dirección del ya legendario Miki Oca, ha acabado con la persecución de este éxito que completa el palmarés de uno de los mejores equipos de la historia de nuestro deporte.

Jordán Díaz ganaba el Oro en triple salto olímpico en un podio de atletas cubanos nacionalizados. En atletismo el nivel general ha sido muy bueno, pero nos falta un paso para aspirar a más medallas, aparte de solventar las lagunas en velocidad o lanzamientos, especialmente masculinos, ya históricas en nuestro deporte.

Entre los fiascos el mayor el de la femenina de fútbol, quizás demasiado presionada, también ya quemada tras un último año de sobreexposición mediática. Mientras la masculina (de categoría sub23) conseguía el Oro y lo sumaba a la Eurocopa absoluta (hito que sólo antes había cumplido la Francia de Platini en 1984), y la de balonmano masculina, lograba otro bronce (el quinto) en otra demostración de resistencia y tenacidad. Fracaso total de la femenina de balonmano inmersa en un relevo generacional con una brecha muy profunda y que fue incapaz ni de empatar un partido. En baloncesto, cumplieron objetivamente ambas selecciones que cierran ciclo con un cambio inminente ya a realizar, que puede ser traumático en la masculina (ya definitivamente y a la que objetivamente no se le podía pedir más), algo más sosegado en la femenina (que llegó a cuartos y sucumbió ante una muy superior Bélgica), pero ambos irrenunciables.

El momento más dramático se vivió en bádminton donde una renacida Carolina Marín estaba a 10 puntos de meterse en la final olímpica cuando volvía a romperse los ligamentos de su rodilla derecha. Una pena tremenda y un injusto broche a la carrera de una deportista hecha así misma y que ha descubierto su deporte al gran público en nuestro país. Por desgracia, su presencia no ha servido para dinamizarlo y dar al bádminton la importancia que tiene.

Hubo un Oro en vela. Alcaraz tenía que contentarse con la plata ante un superior Djokovic, mientras Nadal iba peor que justo por las pistas. La pareja de dobles femenina, Sorribes-Bucsa, conseguía un bronce. Medallas en remo empezando por el bronce, la sexta de Saúl Craviotto en unos juegos con su embarcación del 4x1000, a parte de otro en remo y un tercero en piraguismo de aguas bravas. Como siempre la natación artística (antes sincronizada) demostró su gran nivel con un bronce. Mientras que otro bronce en yudo abrió el medallero muy escuálido hasta mediada la segunda semana, mientras se iban acumulando cuartos puestos finales (hasta 9 en el equipo olímpico español, más 11 quintos). De los pesos grande del boxeo han venido esta vez las sorpresas, con plata y bronce de los puños de un hijo de inmigrantes magrebíes y de otro nacionalizado cubano, como también la muy emocionante el baloncesto 3x3 femenino donde España se colgó una plata más que meritoria.

Capítulo aparte merecen estos deportes “urbanos” como el baloncesto 3x3, la BMX, pero sobretodo el skate o el breakdance. No existe fenómeno cultural más alineante, homogenizador y eliminador de las expresiones culturales e identitarias que todo aquello que engloba bajo eso que llaman cultura urbana. Aquel arte (desde el graffiti, su música trucada de voces por ordenador y arreglos electrónicos, el abochornante rap), las vestimentas, las formas de desplazarse, la incomunicación, etc., todo un movimiento cultural que de Occidente a Oriente y de Norte a Sur hace sucumbir las genuinas formas de sentir e identificarse de las poblaciones, vivan o no en un entorno urbano, bajo la patina globalizadora que el American style way nos ha dejado. Unas formas de comportarse, y de dejar de hacerlo de ciertas maneras, que fomentan claro esta, el consumismo y que han sido exportadas por las élites occidentalistas desde los años 80, para conseguir un control mental, global y total, al que aspiraron y no pudieron alcanzar en el pasado, las religiones y las ideologías de clase. Por esto que en el programa olímpico se incluyan este tipo de pseudo deportes refrenda esa sensación de nos quieran homogenizar como copias baratas de los americanos. Yo me pregunto: ¿Por qué el breakdance y no en tango? ¿O los bailes de salón? ¿Por qué el skate y se discute presencia de la marcha atlética en el programa?

Y todo ello en un momento en el que el movimiento olímpico está en un momento de encrucijada donde la supervivencia económica de las ciudades que alojan los eventos comienzan a cuestionar la idoneidad para postularse o no a ser sede olímpica. Mientras todavía persisten los locos desvaríos de los politicastros de Madrid, otras ciudades reculan y reflexionan en períodos largos (después de quedar excluida en beneficio de Barcelona en 1992, París tardó 24 años en volver a presentar una candidatura) puesto que en un contexto de escasos recursos, infinidad de demandas sociales y en un momento de cisma en el urbanismo actual.

Y es que, les guste o no, las ciudades en todo el mundo tienen que afrontar ya, y están llegando tarde, un giro en su concepción y disposición para volver al ciudadano y ciudadana. A la persona que se desplaza a pie o sin contaminar, en circuitos cortos tanto en el espacio como en sus pretensiones, prescindiendo del vehículo privado. Urgen ciudades menos contaminantes, menos ruidosas, con menos estrés, que dejen de estar concebidas para el coche y que recuperen el asociacionismo vecinal, la concordia entre personas y la tranquilidad. Y ante este escenario, común para cualquier núcleo de población, las grandes megaurbes, que son las únicas que pueden albergar un evento de la magnitud de unos Juegos Olímpicos, antes tendrán que poner todo su ingenio y sus recursos en solventar este giro, garantizando el bienestar y el futuro de sus ciudadanos. Sobretodo, porque no se van a ver movidos por una lógica en pos del bien común, sino más bien por la presión económica en un escenario de agotamiento de los combustibles fósiles y de las materias primas. Por todo ello, el ejemplo de París aparece tan vislumbrante, como modelo a seguir, y al tiempo, el de Los Ángeles, tan poco claro y con muchas dudas.


lunes, 22 de julio de 2024

Tadej Pogačar: Un ciclista de leyenda


 

Tadej Pogačar ha ganado el Tour de France 2024. Es su tercer mallot amarillo final en la ronda gala tras los dos primeros en 2020 y 2021. Se suma a un selecto grupo de ciclistas ganadores de Tres Tours, al tiempo que entra en uno más exclusivo aún: El de ganadores el mismo año del Giro de Italia y el Tour de Francia, relevando al mítico Marco Pantani, el último en conseguirlo hace casi ya 30 años.

En ambas carreras por etapas de tres semanas, el ciclista esloveno ha exhibido un poderío indiscutible, firmando en las dos hasta seis victorias de etapa (más 5 segundos puestos en el Giro y otros 4 en el Tour), con victorias contra el crono, en etapas de alta montaña y en algunas de media montaña o similares a clásicas de un día. También ha sido el jefe de la carrera y el aspirante máximo a la victoria parcial en cada jornada. En este Tour de Francia en concreto, ante una batería de rivales completa (por primera vez coincidían en la misma carrera todos los dominadores actuales y además llamados a dominar el ciclismo muchos años, como el propio Poggi, Vingegaard, Evenenpoel, Roglic, Van Aert, Van der Poel, etc.), el esloveno ha estado sublime. Recordad aquí el curioso caso de Eslovenia que presenta una batería de ciclistas de primer nivel, un país que hace 10 o 15 años era la nación con más jugadores NBA en relación a su población. Desde luego las montañas eslovenas, que ya aparecen en la propia bandera del estado balcánico, han legado otra generación sobresaliente de deportistas.

Pogacar conecta fácil con el público. Su estilo desenfadado, demostrando que se divierte sobre la bicicleta, atacando y mostrándose ofensivo, tanto para ganar etapas como para liderar la general hasta la victoria final, comulga con los gustos de aficionados de todo el mundo, incluidos los de los países clásicos en esto del ciclismo como Francia, España, Italia, Bélgica o Países Bajos. Solo el volumen de victorias es afeado por su voracidad y su ansía competitiva porque realmente no deja una para un rival, compañero al fin y al cabo sobre la bicicleta, lo cual puede ya empezar a cansar o a aburrir a algunos aficionados. Frente a unos años en los que el poderío de estructuras deportivas como el antiguo Sky (hoy INEOS) dominaba a su antojo la carrera hasta la victoria de un ciclista británico (Wiggins, Froome o Thomas) como en su día puso de moda el americano US Postal, Pogacar ha demostrado determinación, talento y una forma de rodar ofensiva, buscando siempre la victoria,

Este párrafo anterior no resta mérito a los tours por ejemplo de Froome, o sus victorias en Giro o Vuelta, donde ante una carrera más abierta no existía tanto control y tenía que mostrarse más ofensivo. También en el Tour lanzó ataques, pero en comparación con Tadej, lo del británico nacido en Nairobi son pequeñas aceleraciones. Y tampoco sería justo no considerar al equipo de Pogacar, el UAE (la estructura del antiguo y clásico equipo Lampre refundada al calor de los petrodólares y las estrategias de sportswashing de regímenes turbios y dictatoriales) un equipo menor y sin potencial. Lo cierto es que acompañando al rey del ciclismo actual se ha configurado una plantilla millonaria con ciclistas de éxito y perfiles variados que les permiten controlar la carrera y preparársela para el demoledor ataque de Pogačar.

En cualquier caso hemos disfrutado de un gran Tour. Muy divertido. Salvo 4 etapas verdaderamente soporíferas y abochornantes en las que el pelotón, ante el recorrido, la climatología, la dureza o el control de los equipos por y para sprinters impuso el tedio en el transcurrir de los kilómetros.

Pero obviadas estas cuatro etapas, la carrera ha sido vertiginosa (se vuelve a batir el récord de velocidad media final), con alternativas cada día, quizás no tanto en la clasificación general, donde el favoritismo de Pogacar se ha confirmado con un dominio absoluto. Pero si en las etapas y en algunos hitos bien merecedores de mención. Biniam Girmay el sprinter eritreo sumaba hasta tres victorias en este Tour y alzaba para África por primera vez el mallot verde de la regularidad en un bonito duelo con la estructura del también triple ganador de etapa, el belga Phillipsen.

Otro sprinter, Mark Cavendish, pasaba a la historia del Tour y del ciclismo al sumar su trigesimoquinta victoria de etapa en la ronda gala, desde su primeros triunfos en 2008, hasta ayer que culminó su carrera deportiva acabando el Tour 2024. Supera de este modo al Canibal, Eddie Merckx, quien había colocado un listón que parecía insuperable. No hay que quitar ningún mérito a las hazañas del todoterreno belga, ni tampoco, mucho menos al ciclista de la isla de Man, que ha sumado todas sus victorias en llegadas al sprint, una especialidad, muy compleja y donde la confianza, el sentirse arropado por compañeros que trabajan para ti, y el golpe final de riñones da y quita muchas victorias.

En cualquier caso estos registros pueden quedar sobrepasados en un espacio corto de tiempo si el tren Pogacar sigue devorando etapas del mismo modo que hasta ahora. Desde su debut en el Tour en 2020 hasta hoy, Pogacar lleva 16 victorias de etapa. A este ritmo, y dado el dominio mostrado este año, puede que en 5 o 6 años el esloveno este en situación de batir este récord.

En ello dependerá la salud, el hambre y la constancia del esloveno, como también la calidad y el tesón de sus máximos rivales. Jonas Vingegaard, el danes que llegaba como doble campeón, pero muy mermado por la terrible caída en abril en la Itzulia del País Vasco, ha dado todo lo que tenía pero ha sido insuficiente. Su preparación muy recortada, y sus facultades muy mermadas por la gravedad de las heridas y lesiones, ha mediatizado su respuesta en la carrera, pero aún así ha firmado un tour sobresaliente para acabar en segundo de la general y sumar una etapa.

En la misma caída se vio implicado el tercero de la general final, el chico maravilla del ciclismo belga, Remco Evenepoel. Muchos lustros lleva Bélgica buscando un ciclista capaz de recordar el legado de Merckx en el Tour y ganar la carrera, y ante su primera aproximación, Remco ha rendido a un gran nivel, superando las expectativas de muchos expertos que lo veían sucumbiendo en los grandes puertos de leyenda del Tour de Francia. Sin embargo, con una gran ayuda del mejor español en el Tour, Mikel Landa, como compañero (y de todo su equipo), Evenepoel ha podido competir. Para el recuerdo los ataques sobre las etapas más bonitas de esta edición, las del sterrato por los caminos entre viñedos en las postrimeras de Troyes, o la segunda etapa llegando a Bolonia, en Italia. Y también, el espectáculo de ver a Remco compitiendo en contrarreloj.

Se vienen unos años maravillosos de ciclismo y ya llevamos unos cuantos. A quienes como yo disfrutamos todo el año con el ciclismo, y en especial con las carreras de primavera, nos podemos dar por felicitados y agradecidos. El nivel medio es espectacular y en este momento hay una élite verdaderamente de leyenda que hace que cada carrera aumente en interés. Quizás la incertidumbre del resultado final pueda quedar tocada si Pogacar sigue exhibiendo este dominio, esta fuerza y si se muestra imbatible, pero desde luego los retos y la entidad de los rivales hacen que podamos estar, como el mismo dijo ayer al acabar el Tour, ante una época dorada e histórica del ciclismo.

Parece que uno de los retos más inhumanos, el ganar las tres grandes por etapas en un solo año, o mejor dicho, en una sola temporada, no va a afrontarlo Pogacar. Yo, personalmente, si estuviera en su situación y si me veo bien y con fuerzas, lo intentaría. Ya solo con eso, estaría haciendo historia, por tener la voluntad y la capacidad para enfrentarse a un reto así, pero es que después del dominio en Giro y Tour (12 victorias de etapa, más de 6 minutos de distancia final con el segundo, 38 de 42 días con el mallot de líder), la posibilidad de erigirse en un ciclista de leyenda colosal este mismo año está ahí. De momento, Pogačar y muchos de los ciclistas están ante nuevos retos como los inminentes JJOO, los Mundiales en septiembre, y especialmente en el caso del esloveno, la Paris-Roubaix.

Por último, no olvidar que existe esa larga sombra sobre el ciclismo por un pasado lleno de desilusiones y mentiras, debido al dopaje. No ayuda en despejar sospechas, de momento infundadas, que el máximo patrón del UAE sea Matxin, quien ya conoció las mieles del éxito y del repudio con casos de dopaje sistémico en ciclistas bajo sus órdenes en el pasado. Sin embargo, de momento quien quiera ver algo ahí, aquí se equivoca, porque de entrada lo que se está viendo a nuevas generaciones de deportistas, que en todas las disciplinas, en esta Olimpiada entre Tokio 2020 (21) y Paris 2024 ha pulverizado récords y rendimientos en muchas de las disciplinas. Ha mejorado la genética, los entrenamientos, las preparaciones, la alimentación, el descanso, la salud. También los equipamientos y la tecnología para poder preparar las pruebas. Y los resultados están ahí.

Pero aquí estamos en la primera tarde sin Tour, huérfanos de sus paseos por Francia, por sus carreteras, bosques, montañas, pueblos y ciudades, preciosos y cuidados hasta el mimo. Y tristes porque ha acabado una edición inolvidable donde hemos disfrutado, una vez más, junto a los ciclistas. Si todos merecen, por su compromiso, esfuerzo y voluntad la máxima de la atención y el respeto, cuando se junta una generación con tanto talento, y que ve el ciclismo como un deporte de ataque, no podemos más que celebrarlo. Y por encima de ellos, Tadej Pogačar, un ciclista que está reescribiendo la historia del deporte.

 

jueves, 24 de agosto de 2023

Campeonas del Mundo en dignidad

Las Campeonas del Mundo, si con A, celebrando su éxito, que será el de todas las mujeres
 

La selección femenina de fútbol se ha proclamado Campeona del Mundo. Un éxito incomparable, puesto que reciben una ínfima atención mediática y económica por parte de toda la sociedad en contraste con sus “compañeros” masculinos, y que abre en categoría absoluta la vitrina ante la llegada de nuevas generaciones de talentosas futbolistas que ya dominan internacionalmente en sus respectivas categorías.

No he seguido el mundial, como espectáculo deportivo, porque el fútbol hace ya mucho que me ha echado. Sobretodo en su vertiente híper profesionalizada y volcada al dinero y a los “valores” neoliberales que la jalonan. Ya he hablado en este blog de eso varias veces. Siempre con el fútbol popular.

No puedo hablar ni de lo merecido o justo e injusto del resultado en el terreno de juego. No niego, ni mucho menos, el esfuerzo y el talento, y como digo, el tremendo éxito que supone y que debe abrir la puerta para la mejora de las condiciones laborales y sociales de estas deportistas y ser un ejemplo para las luchas por la igualdad de las mujeres.

Sin embargo, es muy triste tener que sentarse a escribir sobre lo que ha trascendido al trabajo y el éxito deportivo por las constantes actitudes machistas y patriarcales de señoros que no entienden que el mundo ha cambiado y lo ha hecho por la lucha infatigable de las mujeres. De las de ahora y de las de siempre, que han trabajado para legar un mundo mejor a la siguiente generación en la que los derechos y la dignidad se vayan ganando en un camino eterno hacia la igualdad entre géneros.

El presidente de la federación española daba un espectáculo dantesco, bochornoso y avergonzante para quienes amamos este país (Sí lo amo, con todo lo que lleva dentro y aunque me desespere. El amor a la patria no es una propiedad exclusiva de los patrioteros de derechas). Sus gestos en el palco, con su testiculina por las nubes -a mi me parecía hasta dopada por estupefacientes-, ya eran inapropiados para un cargo público, -si de una entidad privada, pero que lleva a cabo una función pública, por la que recibe jugosos fondos públicos, y que ejerce una representación pública de la manida Marca España-, y denotaban una falta absoluta de decoro y respeto por su país, por el evento y por los presentes y quienes lo veían todo por televisión.

Pero el remate vino cuando en entrega de medallas y copa a las verdaderas protagonistas, las jugadoras, le plantaba un beso en la boca a una de las jugadoras de la selección que aturdida se tragaba su orgullo y dignidad.

La escena ya está mil veces vista en televisión y las redes (pese al infructuoso intento de boicot por parte de la federación). Y también muchos las tenemos en nuestra memoria cuando hemos visto a los jefes y encargados, a muchos hombres que ejercen autoridad y ostentan una relación de poder sobre las mujeres, comportarse de manera deleznable. Agresiones físicas, morales y a la sexualidad de la mujer que son una constante. Comportamientos retrógrados anclados por el costumbrismo de un machismo rancio y trasnochado, que apesta a esmegma caduco, que no se corresponde con lo que debe ser ya un mundo de igualdad de géneros y respeto a la diversidad y a la propia sexualidad de las féminas. Tanto en su cuerpo físico, como en su moral y su mente.

Este acoso sexual injustificado, ni por el éxtasis del momento y ni por nada, constituye un delito y debería acarrear la suspensión de por vida del sujeto que responde al nombre de Luis Rubiales. Si tuviera algo de dignidad (la de veces que toca escribir esto en este país) habría pedido perdón, dimitido e ido a su casa, a curarse ese machismo repugnante. Pero no. La patada hacia adelante es el único recurso que tienen por mucho tiki-taka con el que quieren identificar el estilo de las selecciones españolas.

Llegados a este punto es preciso recordar el camino que está selección, al fin y al cabo, este grupo humano ha recorrido. Hace aproximadamente un año y medio, las mejores jugadoras nacionales denunciaban la situación vivida en el seno de las concentraciones del equipo nacional, con comportamientos que atentaban contra la intimidad y profesionalidad de las jugadoras, que ponían en peligro su integridad física y moral y que se sumaban a un estado amateur en el que no se garantizan los derechos laborales, en especial los que tienen que ver con los derechos sexuales y reproductivos. Esa inseguridad se sumaba, evidentemente, a unas condiciones en salarios, seguridad de los contratos y atención mediática totalmente opuestas a las que disfruta el fútbol profesional masculino.

En cuanto empezó a viralizarse el comportamiento del presidente de la Federación, comenzó a tratar de salvar la papeleta. Todo el proceso es una retahíla de los mejores momentos del machismo. Desde la primera reacción tomándoselo a guasa y de compadreo con otros machistas como las estrellas del periodismo deportivo patrio (los Lama, Castaño, Morata, auténticos mafiosos y cenutrios). Hasta el procedimiento de disculpas al que se ha visto obligado, por la reacción: primero en redes sociales de toda persona digna que quiere un mundo más igualitario y nos hemos escandalizado ante esta actitud tan machista y asquerosa, y después, de los medios extranjeros que se han hecho eco de todo lo sucedido. Estas disculpas también han destilado su buena dosis de machismo haciendo partícipe a la víctima, Jeni Hermoso, en una nueva versión de “la culpa es de las mujeres”. Sólo le falto decir que es que las visten como putas.

Con el tiempo, y gracias a las propias jugadoras que han ido contando a medios afines y más democráticos y éticos la sucesión de acontecimientos, la opinión pública ha conocido las maniobras que desde la federación se han llevado a cabo para acallar la polémica y que esta no manché la ya oscura, tramposa, corrupta y misoginia gestión que este señor está haciendo del fútbol patrio. Así, hemos sabido que ya en el avión de vuelta se ejercieron presiones, incluidas las del seleccionador nacional de fútbol femenino, que también tiene lo suyo, buscando un comunicado conjunto. Se presionó a la familia de la futbolista y a su agencia de representación. Se lanzaba en la escala en el aeropuerto, un vídeo de disculpas ante el revuelo causado en el que se ponía en boca de la víctima declaraciones totalmente falsas (otro delito a sumar, mientras que la agencia EFE, vocero habitual de las instituciones copadas por la derecha, debería hacérselo mirar). Al tiempo, los medios futboleros clásicos, que se apuntaban al tanto de la celebración y el éxito de unas futbolistas que llevan años ninguneando, ocultaban lo acontecido pese al clamor social ya provocado siguiendo la estrategia de la RFEF. Defendiendo lo indefendible, un acto violento y un comportamiento delictivo, en realidad varios, y ninguneando a la víctima, a toda persona a quien escandaliza estos comportamientos, y a toda mujer.

Pero llegaron las portadas de los medios extranjeros y continuaba la repulsa popular expresada en redes sociales y foros, lo que ha llevado a una fase en la defensa de lo injustificable por parte de la federación y su presidente, y de puesta en marcha de mecanismos para su inhabilitación, e incluso las posibles consecuencias penales que todos estos comportamientos están acarreando. Se sumarían a las ya sospechas de continua corrupción y latrocinio personal que ya se estaban investigando y que removían la tranquilidad institucional de la federación y el fútbol patrio. No faltan quienes tienen ganas a este sujeto y a su caterva, de la que forman parte el presidente de la Liga o a Florentino Pérez, auténticos manda-mases que están por detrás, y que ejercen una dictadura de facto que ha hecho del fútbol español, un negocio, robando todo el caudal popular a la afición que día a día pierde. Sólo ver como las redacciones de los medios deportivos clásicos se comportan ya denota un rancio machismo, con el uso de titulares erróneos y falsos que buscan mediatizar al personal, evidentemente masculino, consumidor mayoritario de estos medios.

Se hace necesaria la depuración de estos fulanos y el mensaje inquebrantable de una sociedad igualitaria que no va a tolerar estos comportamientos sexistas y retrógrados que menosprecian a las mujeres y solo las quieren para aprovecharse, en todos los sentidos, y especialmente, de forma sexual.

Al final el éxito deportivo de la selección femenina de fútbol no va a quedar empañado. No va a perder su trascendencia, sino que va a ganar más impulso hacia una sociedad más justa, libre e igualitaria. Una denuncia para terminar ya de una vez, con todo acoso, de todo tipo, pero especialmente el de índole sexual, que se produce en entornos de jerarquía como en el trabajo. Al fin y al cabo, la celebración de unas futbolistas con un presidente de la federación presente, no deja de ser un escenario laboral con unas trabajadoras y su jefe.

Por todo esto, y pese a los rebuznos reaccionarios de los machistas que no quieren perder el “privilegio” de aprovecharse de las mujeres, el mundo está cambiando a mejor en este tema y va a ser algo provechoso para toda la sociedad, para nuestro país, y sobretodo, para todas las mujeres, en todos los ámbitos de su vida.

El Sí es sólo Sí que tanto ha mediatizado la vida política española los últimos 3 años y que ha sido una grieta por la que han intentado hacer naufragar el barco del gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos, al final se ha demostrado como imprescindible y un ejercicio de empoderamiento femenino necesario. Un muro a defender por todas las mujeres, y por los hombres que nos avergonzamos de nuestros comportamientos machistas y que queremos cambiar. Nuestro papel aquí es apoyar a las mujeres y facilitar su liderazgo para que sean ellas quienes cambien a mejor la sociedad y ganen mayor libertad, dignidad y seguridad, para ellas mismas y para las generaciones futuras.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...