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lunes, 4 de mayo de 2015

Podemos y la traición al 15M


De hoy en 11 días celebraremos el cuarto aniversario del 15M. De estos cuatro años se ha escrito ya mucho y aún así queda mucho por hacer en cuanto a un análisis riguroso, histórico y social de la trascendencia del movimiento en el contexto en el que nació y se ha desarrollado hasta hoy, tanto que ya no solo daría para un libro, sino para varios volúmenes; incluso para una enciclopedia. Y un buen tomo de esa enciclopedia sería el que haría referencia a Podemos.
Podemos surgió de la calle. De las protestas espontáneas ante tanto atropello a los derechos fundamentales. De la indignación por los abusos de un poder insaciable que llamó crisis a una estafa que generó desempleo, exclusión y desigualdades inconcebibles. Podemos se convirtió inmediatamente en el vehículo de la esperanza en un momento donde parecía que nada era posible a favor de una sociedad justa. Podemos fue -y tal vez todavía sea- la rebelión posible para que "El mundo va a cambiar de base... Los nada de hoy todo han de ser", como canta en una de sus primeras estrofas La Internacional.
La situación era y es más que propicia ante la decadencia evidente de la "casta". Eso de lo que algunos llaman el "bipartidismo", lo que quizá no sean más que las dos caras de la misma moneda. El PP (#PartidoPutrefacto) atormentado y derruido por sus políticas depredadoras y por una corrupción sistémica inocultable e incontenible; y el PSOE (#PPSOE) tratando de recuperar un discurso mínimamente de izquierdas que disimule un poco su inserción hasta el cuello en un sistema que se derrumba. Ambos se muestran incapaces de ofrecer alguna salida al desastre, que no sea más que cavar en el hoyo del capitalismo neoliberal depredador. Mientras Izquierda Unida y UPyD se muestran (nos mostramos) incapaces de aglutinar el voto descontento con el bipartidismo de ambas vertientes, izquierda y derecha, víctimas de nuestras propias contradicciones y por qué no decirlo, del rumiaje de liderazgos trasnochados y la incapacidad para dejar paso a nuevas ideas, nuevas políticas y en definitiva nuevas personas.
Entonces hace un año y unos meses, en enero de 2014 surgió Podemos. Ahí teníamos la herramienta del cambio. Por fin el 15M estructuraba todo el maravilloso, impagable y sustancial trabajo en pro de democracia real ya y un sistema económico más humano en una opción de voto. Dirigidos por casi seguro las personas más capaces en materia política y social (y electoral, como la tercera pata del andamiaje de una formación política) teníamos la alternativa para una verdadera Transición democrática, para sustituir la constitución violada que sufrimos por una Constitución libertaria y por aplicar ética, cordura y honradez a la vida política de este país.
Llegaron las europeas y dentro del estado de malestar y el pasotismo político en que se ha convertido #Españistan, Podemos irrumpió con fuerza aprovechando el desgaste del corrupto partido en gobierno, del inoperante partido de la oposición y no lo olvidemos, de la suscripción electoral única. Pero aquella primera bocanada de aire fresco en el maltrecho corpus político patrio avivaba el fuego de la ilusión por la regeneración. Incluso se podía decir que se podía atisbar la victoria anti fascista y la celebración de políticas pro-humanas con una economía que funcione al servicio de todos y todas. Eso fueron los meses de mayo, junio y julio.
El Régimen reaccionó. Lo primero que hizo fue abrir las ventanas, airear el castillo y cambiar las caras de las instituciones. Después comenzó la campaña de acoso y derribo. Así como hasta ese momento del éxito los jóvenes de Podemos eran novedosos, curiosos y hasta graciosos, al ver la convocatoria que tenían, los poderosos se asustaron y comenzaron a acusarlos de todo un poco. Les dijeron radicales, por ejemplo, como si el neoliberalismo y el Poder fueran moderados; o extrema izquierda, a pesar de que jamás propusieron ninguna medida que excediera el capitalismo; irreales, porque para ellos existe una sola realidad, la suya, y el resto queda fuera de lo razonable; venezolanos o -más grave aun- "bolivarianos", para confundirlos con el demonio; populistas, para minimizar su arraigo popular; y un montón de cosas más, para afectar su credibilidad y tratar de emparejarlos con la corrupción imperante. "¿Ven? Son tan casta como nosotros", fue el mensaje subliminal. Como todo esto, bajo la notable influencia mediática de Iglesias y lo suyos no acabo de funcionar (se comían y comen a las huestes ultras, reaccionarias y liberales de la casta). Esto era inevitable y evidente. Cuando algo amenaza al Poder, este pone toda su maquinaría, al servicio de la causa de destrozar al rival.
Por si esto no fuera suficiente, la dirección de Podemos y bajo el paradigma de la transversalidad, viró a mi juicio notabilisimamente, su ideario político de la calle, de la izquierda, hacia unos preceptos más centristas, por no llamarlos conservadores. Se paso de clamar referéndum y república en la jornada de proclamación de Felipe VI a un inocuo pero insultante "Ahora no toca"; se dejaron atrás ideas sobre la recuperación de servicios públicos privatizados en un segundo o incluso tercer lugar y ya no se volvió a hablar de la legitimidad de la deuda, mientras que en el otoño Syriza lo hacia su emblemahacia su victoria en las elecciones griegas.
Por cambiar cambiaron el principio de horizontalidad del partido, el funcionamiento asambleario por una dirección que lo regía absolutamente todo, lo que ha llevado a desilusiones colectivas, a pérdidas de confianza de algunos participantes destacados ante las maniobras oscurantistas llevadas a cabo por la dirección de Podemos para que nada se escape del triángulo de la Complutense.
Mientras llenaban los platos y maximizaban las audiencias, dejaban de lado los círculos y la controversia y debate internos.
Han seguido tanto la centralidad que han seguido los artesonados con los que funciona el bipartidismo ante sus casos de corrupción. Hablamos de Juan Carlos Monedero y su affaire con Hacienda y de Errejón y su asunto con la Universidad de Málaga aireados por el sector ultra de la caverna mediática. Estos lo han negado todo, han clamado que son objeto de persecución, han dado respuestas esquivas cuando no evitado preguntas incómodas y se han mantenido en el cargo (cargo en el partido dicho sea de paso). Incluso y esto lo sé de buena tinta, no han tenido reparos en que las candidaturas para las próximas municipales en las que participan se hayan llenado de algunos personajes sospechosos o hayan sido totalmente impulsadas por personas que conforman los círculos, lo que es de hecho un fraude de ley, puesto que agrupaciones de electores, las han pasado a formar 100% personas vinculadas a círculos de Podemos.
El asunto está en cómo defenderse: profundizando el cambio deseable o suavizándolo para no irritar a los que mandan. Podemos optó por retroceder en su impulso renovador. En ir rebajando sus postulados más atrevidos, que de todos modos nunca se pasaron de la raya sensata, hasta hacerlos parecer aceptables para toda la gente de buena voluntad. En fin, se fueron alejando del pueblo, de los estafados y de los indignados para abarcar más simpatías; se arrepintieron públicamente de los malos pensamientos; y se asearon y arreglaron para estar presentables ante los ojos inquisidores del capitalismo alerta.

Ahí vino el impulso en las encuestas comiendo votos de todos los lados: Ambos polos del bipartidismo, nacionalistas bisagra, Izquierda alternativa, partido renovación de carácter centrista (UpyD). Era febrero de 2015 y ya había encuestas que les daban primeros en intención de voto directa. La estrategia del poder no estaba funcionando y estos decidieron ir un paso más allá y erigieron los cambios para en el fondo no cambiar nada y como parte de esa estrategia de supervivencia idearon al partido bisagra perfecto, a la marca blanca del bipartidismo: Ciudadanos. La formación de Albert Rivera ya había funcionado bajo ese mismo prisma en Cataluña y por qué no el Régimen del 78 pensó que podía hacer lo mismo en clave nacional.
 
Y lo más grave de todo fue una decisión que nadie ha dado a la dirección de Podemos, pero que es real y tangible. Un hecho que aparentemente no es responsabilidad de nadie pero que puede traer trágicas consecuencias, porque este país, #Españistan no puede soportar 4 años más de un sistema político para usufructo de unos pocos, de una democracia caciquil garantista de que el poder esté donde ha estado los últimos 80 años y que ahora ampara un giro en el sistema económico para convertirnos a todos en carne de cañón de cuya espoleta nunca estaremos al cargo.

Con Podemos creciendo en las encuestas y posicionándose como opción de voto y alternativa de gobierno, se paro la conflictividad en las calles. Se han parado las mareas ciudadanas, ya no hay asambleas del 15M con lo que eso suponía a nivel de grupos y activistas que allí nos sentábamos. Tan sólo Stop Deshaucios ha continuado con sus acciones, pero llevadas únicamente a parar lanzamientos. Y los mineros. Siempre los mineros nos recuerdan donde está la dignidad.

A mi personalmente me parece un error tremendo que no se haya trabajado todavía más en exponenciar el estado de malestar vigente a principios de 2014. En aquel momento la ciudadanía no estaba ni mucho menos cansada de estar en las calles, aunque efectivamente en provincias siempre nos viéramos los mismos. No, al contrario. Se había conseguido que buena parte de la "mayoría silenciosa" de Rajoy apoyase las protestas porque se había logrado la visualización de todos los problemas que las políticas fascistas, los recortes y la corrupción sistémica que nos asola habían provocado. La dignidad estaba a flor de piel y quiero creer que quedaba poco para ese Rubicón en el que la sociedad española decidiera empoderarse definitivamente y clamar un "Basta Ya. Estamos hartos. Luchemos por convertirnos en una sociedad plena democrática".

Ahora ya y con todo esto en las encuestas la intención de voto a Pablo Iglesias ha bajado. No vamos a obviar que la mayoría de ellas están manipuladas. Comprendemos además el adelanto de las elecciones andaluzas como una forma de evitar su crecimiento en el juego que se trae Susana Díaz más por su causa que por la de los andaluces.
Pero es que además en Podemos yano eran de izquierdas. Eran de los de abajo, y prácticamente la totalidad de todo ideario de izquierdas con el que nacieron y compitieron en las europeas de mayo de 2014, y que no olvidemos eran propuestas nacidas en el 15M, las mareas ciudadanas y las Marchas de la Dignidad que se transmitieron tal cual a los círculos, se diluyó con un buen rollismo, una especie de social democracia renovada que ya muchos sabemos que acaba en el cubo de basura del neo conservadurismo económico y que no sólo no arregla los problemas de la mayoría sino que los agrava.
Podemos en su táctica no quiere molestar al gran capital. Esa mano invisible que todo lo domina y dirige. Incluso las democracias. Puede que la estrategia sea certera y así se consiga conseguir una fuerza electoral y un respaldo social lo suficientemente amplio y mayoritario como para discutir la intromisión del capital en la vida pública, la supremacía financiera de unos pocos sobre los derechos y libertades de todos y todas.
Pero, ¿se trata sólo de ganar? ¿Para qué queremos ganar, solo para adecentar el sistema o para cambiarlo? Y si no ganamos, ¿se termina la política, la lucha por la dignidad y la esperanza de una sociedad mejor, justa y realmente democrática? ¿Por qué el insistente rechazo a la integración de Izquierda Unida en un frente común?
Para mi todas esas preguntas tienen una fácil respuesta, y sin embargo, nos hemos encontrado con la contraria desde Podemos, en lo que supone toda una traición al movimiento indignado. Una traición al 15M sustentada en quitarle su identidad que estaba en la calle, en el debate político y social, para aglutinarlo en una papeleta electoral, que todo parece indicar servirá para actualizar el software de la política española. Una "Transición 2.0", que volverá a funcionar como una transacción, en la que habrá los mismos agentes de siempre, pero con trajes nuevos y con un denominador común: La baja calidad democrática del país y de la sociedad; el desapego por la política de buena parte de la población y la sumisión de la mayoría de la población a un sistema económico, el capitalismo neo liberal y ultra conservador, que esclaviza y esquilma el planeta.

martes, 10 de febrero de 2015

La paja en el ojo ajeno; la viga en el propio

 Viñeta de Manel Fontdevila, del 10 de febrero de 2015, en el diario.es

La publicación de la lista Falciani de prebostes con cuentas ocultas al fisco en Suiza ha sorprendido a la rancia derecha del país (políticos y prensa tradicional) en plena campaña contra Monedero, el número 3 e impulsor de Podemos. Y pasa de puntillas, sin apenas desgaste en el debate político y social (o lo que tengamos y entiendan por debate político en #Españistan) el hecho de que entre los 100.000 clientes selectos de la filial suiza del banco británico HSBC, de los que hay 4.000 españoles o personajes ligados a este estado fallido. Parece también escaparse de la movida el hecho de que el volumen en cuanto a depósitos bancarios del HSBC es el 5º en orden de mayor a menor entre los bancos suizos. Y nadie en televisión o en los medios tradicionales parece querer enterarse, o que nos enteremos, de que una buena parte de estos millonarios consiguieron sus caudales en el dinero negro, bien sea narcotráfico, tráfico de seres humanos, sean señores de la guerra de los países africanos, o incluso haya dinero que debería de haber sido inmovilizado por estar ligado al terrorrismo, siguiendo las directrices de la Patriot Act estadounidense tras los ataques del 11-S.

Pero es que nadie se ha cuestionado además, que gran parte de estos clientes tenían anotaciones exclusivas con instrucciones y consejos adecuados para poder proceder a la evasión fiscal y así evitar pagar los impuestos que le son obligatorios en cada país correspondiente. Nadie se cuestiona el sistema. Ni siquiera cuando muestra su cara más amoral, egoísta y retorcida.

Poco a poco la trascendencia de la noticia despereza a los medios que tienden a no hablar cuando la noticia la han generado medios ajenos como en este caso El Confidencial. Otros han decidido que el #SwissLeaks no va con ellos si tienen a mano a Juan Carlos Monedero o a cualquiera de Podemos.  Esa coincidencia hace más flagrante comprobar a qué se dedican muchos periodistas. O políticos. Aquí aparece la muy valorada vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría culpando a Monedero prácticamente de cargarse él solito la sanidad y la educación de todos porque tardó en hacer una complementaria de 200 mil euros. Llevo sentado desde ayer a mediodía, esperando sus palabras para saber cuanto empleo público en nuestros colegios, hospitales y centros de investigación tendríamos ahora mismo si el clan Botín hubiera pagado los impuestos referentes a los 2.000 millones de euros que tenían en el HSBC o si el clan Pujol hubiera puesto todo lo que lleva sin poner desde 1994.

No voy a disculpar a Juan Carlos Monedero. No voy a usar los retóricos mensajes de la casta que la dirección de Podemos ha tenido a bien utilizar para defender a uno de sus ideológos. Están tan empecinados en alejarse de la izquierda que ya han adquirido hasta los códigos de aquellos a los que dicen que vienen a sustituir. No. No se puede defender la hipocresía. Hasta en dos ocasiones tuve la oportunidad de asistir a charlas de Juan Carlos Monedero en las que hablaba de esta estafa llamada crisis en la que las élites han remado para meternos a todos los trabajadores para mayor goce de la orgía neoliberal, convirtiendo nuestros derechos en negocios, nuestras seguridades y garantías democráticas antiguamente obstáculos para el capital financiero en meros recuerdos incompatibles con cierto progreso de unos pocos, y nuestras certezas en simples sueños de una noche de verano.

Juan Carlos Monedero se equivocó. Actuó de manera imbécil e hipócrita. Eso sí, lo hizo desde la legalidad. Esa legalidad que permite a los grandes capitales subterfugios para saltarse las obligaciones a los que todos estamos obligados, y con las que financiamos nuestros servicios y derechos sociales. Monedero hizó un trabajo de asesoría para Venezuela y otros países del AlBa, y cobró, parece ser 425.000€. Podía haberlos declarado como todos los demás trabajadores y habernos evitado, que los amorales que van de patriotas y evaden millones nos den lecciones, por no hablar del desgaste que ha causado su nimiez, a la causa por cambiar éste país, éste estado fallido, en un lugar más democrático y donde la justicia social, el bienestar y el bien común sean de todos.

Sin embargo, basta ya de querer llevar toda la atención del pais (y parece que lo están consiguiendo, a tenor de las últimas encuestas) a estos poco más de 200.000€ presentados por Monedero en una complementaria a Hacienda hace dos semanas. Nadie habla de que tenemos a Barcenas en la calle, amenazando día si, día también, con tirar de la manta, en lo que configura un chantaje inadmisible en un país serio. Que el partido en el gobierno tiene su sede pagada con dinero "B", algo que ya ni discute el fiscal del caso ni el abogado defensor. Y esto sólo para empezar, algo ya más que suficiente para que "ese gobierno y esa dirección de ese partido político" ya hubieran tenido la decencia de dimitir.

Pero en #Españistan casi podemos decir que eso es la punta ínfima del iceberg. Un país saqueado en sus arcas públicas, en sus derechos y en las más elementales normas de la decencia. Según los técnicos de Hacienda, más del 70% de la evasión fiscal la practican las grandes empresas. El 94% de las sociedades del IBEX se alojan en paraísos fiscales, y lejos de que el Ministerio de Hacienda trabaje para evitarlo y perseguirlo, tenemos a su regente, el impresentable de Montoro, practicando una amnistía fiscal que ayudó a legalizar buenas sumas de dinero a la recua de delincuentes que se atreven a decir a los demás como vivir o a insultarnos diciendo que habíamos vivido por encima de nuestras posibiliades. Cuando no filtrando los datos de Monedero a sus voceros habituales.

Se dan datos de que hay un fraude fiscal de 40.000 millones anuales; qué sólo en el HSBC, Falciani, cifra el equivalente a la deuda ilegítima que tenemos que hacer frente bajo presión de los mercados y otros sujetos de dudosa calidad democrática. 

Muchos días nos levantamos con Gurteles, Púnicas, ERES, Fabras, Pujoles, Santines... hartados ya de saquear las cuentas públicas en beneficio propio (corruptos) y de empresarios de la construcción (corruptores) que todos juntos no tienen ningún escrúpulo en dejar viviendas de protección oficial para uso disfrute de fondos buitre de capital extranjero que extorsionan a los vecinos desde el primer día que se hacen con las llaves de la propiedad.

Para alguien que siga la actualidad a diario, la realidad española muestra interminables evidencias de disfunción grave. Lo olvidamos en la aceleración de los días pero es atroz. Nos encontramos con gente tendida en los pasillos de los hospitales, enfermos en peligro de muerte a los que no se suministran medicinas "porque son caras", personas que no pueden encender la calefacción ni en la ola de frío, carreteras cortadas y pueblos aislados por la nieve durante días cuyos responsables no sufren los rigores mediáticos como sucedió con otros gobiernos. Tenemos una legalidad recién aprobada en materia de derechos y garantías civiles propia de la que tenían que sufrir los afroamericanos en el sur profundo de los Estados Unidos de los años 50.El espectacular saqueo de Caja Madrid/Bankia, convertido en un virreinato a expurgar desde los tiempos de un expresidente del Gobierno. 

La gran banca gana un 27% más en 2014, casi 10.000 millones, mientras el Banco de España admite malas prácticas en el 70% de las reclamaciones de los usuarios. Cómo, entretanto, nos han dado un sablazo antológico en el precio de los servicios públicos. Tenemos a la antigua envidiada y premiada televisión estatal sufriendo una regresión de tal calibre que la equipara a los años más oscuro del blanco y negro NO-DO. A los dos partidos del bipartidismo firmando un inútil e insultante pacto anti terrorismo que no se produjo ni en los peores años de ETA, ni se atisba en la época del paro endémico, la corrupción sistémica, la emergencia social diaria. El goteo del incesante crecimiento de la desigualdad que pagaremos durante décadas. Durante generaciones.

Todo ello, todas estas cosas, y las que seguro se me olvidan son culpa de Juan Carlos Monedero. O al menos eso es lo que el sistema, el Régimen del 78, nos quiere hacer creer, en una suerte de equiparar las montañas de mierda que hace mucho levantaron las tapas de la cloaca de #Españistan, con el dedo en la nariz de Monedero y las pelotillas que hizo en su momento.

Parece ser que es pecado, e incluso delito, que una persona adinerada (no discutó en absoluto que Monedero ha ganado su jornal con sus clases, sus trabajos de asesoría y libros) no puede ser de izquierdas. Es como sí, a sus sempiternas chanclas, la ropa de Alcampo de la dirección de Podemos, haya que sumar además que se vayan a vivir a un cajero y a comer en comedores sociales todos los días. Da asco comprobar como equiparar a Monedero con Barcenas, o a Podemos con el #PartidoPutrefacto, en una suerte de soltar el mayor improperio desde televisiones y cabeceras de periódicos participadas por el capital financiero (recordad, el corruptor) para poder deslegitimar a toda la izquierda.

Podemos ha cometido un error de coherencia a la hora de tratar el asunto Monedero. Pero éste puede ser un error absurdo, comparado con el cometido al haber procedido a toda la desmovilización social, toda vez que se instauró Podemos como la opción de voto preferida y estandarizada de todo lo que fue el 15M, las marchas de la dignidad o las mareas ciudadanas.

En aquellas movilizaciones recordad, que mayoritariamente quien salió a las calles no eran las gentes de derechas. Era la izquierda. Los desheredados, deshauciados, precarizados, pisoteados, oprimidos. Podéis decir que eran los de abajo, pero eran sobretodo de izquierdas. Con el tiempo se verá si frenar la movilización y conflictividad social, fue un acierto o un error, en la respuesta ya cirujana que requiere #Españistan, para que, parafraseando a Monedero, la gente decente, tenga un lugar decente en el que vivir.

Es clave recordad de dónde venimos, para poder plantear una alternativa real para un estado justo, democrático y por el bien común, ante la catarsis fascista y neoliberal que quiere seguir exprimiendo el árbol muerto que es hoy #Españistan.


Juan Carlos Monedero - Curso urgente de política para gente decente (23/11/2013) en Alcázar de San Juan

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