lunes, 28 de noviembre de 2016

Hasta siempre, Comandante

El viernes a las 22:30 hora de Cuba, fallecía Fidel Castro, líder revolucionario y mesíanico del comunismo y la libertad. Rápidamente, tras dar su hermano y actual Presidente de Cuba, Raúl Castro, la noticia, los medios transmitían la información para empezar sin dilación a tergiversar el perfil histórico, político y humano de Fidel. Los medios del capital titulaban “ha fallecido en su cama el Dictador Fidel Castro a los 90 años”.
No hay que rastrear mucho para contextualizar la imagen de quien, junto a una quincena, de jóvenes revolucionarios y utópicos se lanzó a la lucha por recuperar Cuba de las garras del capitalismo, el narcotráfico y la arrogancia de la potencia vecina que siempre la consideró su sórdido patio trasero de recreo.
Por ejemplo está el informe de la ONU donde dice que el “Dictador” Castro consiguió convertir a Cuba en uno de los pocos países de Latinoamérica con Alto Índice de Desarrollo Humano. Vaya, como habrá conseguido falsear los datos. Bueno, la ONU son una amalgama de "buen rollistas".
Resulta que ese "Dictador" hizo de Cuba el único país de Latinoamérica sin desnutrición infantil, según la UNICEF.
Es curioso, también, que ese “Dictador” llamado Fidel Castro, con su arcaica ideología y visión del mundo, construyera de la nada más absoluta y frente a dificultades tiránicas como el bloqueo, las injerencias exteriores o la fuga de capitales un sistema de salud pública, mundialmente reconocido, por su eficiencia y eficacia. Qué haya conseguido ser el primer país en donde desaparezca la transmisión del VIH de madre a hijo. Y que ante cualquier catástrofe natural o artificial, arranque la solidaridad organizada del pueblo y el gobierno cubano, siendo la envidia y a la vez la meta de todos los trabajadores voluntarios que asisten a zonas de conflicto o de catástrofe humanitaria por su organización, control y resultados.
Un "Dictador" que lejos de usar la educación como una fuente de pensamiento único, legó hace ya más de 30 años un sistema educativo gratuito y universal en todas sus fases y que ha recibido notables respaldos tanto en las pruebas de calificación de méritos, como en los parabienes de académicos y divulgativos. 
Es tremendamente aleccionador comprobar que ese “Dictador” convirtierá a Cuba, frente a la carestía impuesta por el rencoroso vecino del Norte, en una potencia mundial en Cooperación Internacional y Solidaridad con más de 60.000 expatriados y empleando en este fin el 2% del PIB nacional. No el publicitado 0'7 al que ni siquiera llegamos en Españistan.
Curioso resulta que quien presentan como un “Dictador” hiciera de Cuba el primer estado de todo el continente americano en aprobar el Derecho al Aborto Libre y Gratuito. Que incluyera la educación sexual como materia lectiva. Y que recibiera notables premios y menciones internacionales por labor del estado en la erradicación del machismo y en el desarrollo de la equidad de género. Cierto es, que se produjeron lamentables y reprobables persecuciones a homosexuales y transexuales. Pero también lo es, que además de pedir perdón, se haya elaborado en Cuba un programa pionero en todo el mundo para la integración de estos colectivos en aras de respeto y tolerancia.
Un “Dictador” que con su uniforme verde oliva o el chandal del equipo olímpico cubano se ha marchado siendo el anfitrión y principal impulsor del Proceso de Paz en Colombia. Un firme defensor de la causa Palestina y de la resolución del conflicto en Tierra Santa por medio de la negociación, el diálogo y la cesión por ambas partes. El primer aliado de Mandela en su lucha por erradicar el apartheid, cuando éste no era un mito, sino que era tratado de terrorista por Occidente.
Un "Dictador" que ha conseguido refrendos democráticos desde el año 62, en 46 ocasiones. Con participaciones electorales que oscilan entre el 80% y el 90% de quienes tienen derecho al voto.
Ese “Dictador” que a los tres años de llegar al poder errádico la libre circulación de armas de fuego. Mientras en Estados Unidos (principal beneficiario de aquel comercio) mueren cada 50 minutos una persona por un disparo de arma de fuego realizado por otro civil, en Cuba se cuentan 5 fallecimientos por la misma causa desde 2002.
Un “Dictador” que pese al bloqueo y el yugo impuesto por “los defensores de la democracia”, como gustan de llamarse los Estados Unidos, ha dejado a Cuba como el país que no pertenece a la OCDE que ha cumplido con más y mejores resultados la Agenda de los Objetivos del Milenio (2000-2015) como Desarrollo Humano.
Dictador” que ha posicionado a Cuba como envidia en el Desarrollo Sostenible con la menor huella ecológica por habitante y kilo de comida producida del mundo, según datos de WWF.
Dictador” que ha hecho de Cuba una potencia mundial del Deporte y también de la Cultura, no como fin económico en si mismo, sino como estrategia de integración social para la juventud.
Un "Dictador" que lejos de sumir a su país bien en el cierre diplomático o bien en la expansión belicista, se esforzó en exportar la Revolución y en tejer redes de colaboración, apoyo y solidaridad obrera e indígena con su entorno, Latinoamérica y el mundo, en especial las otras zonas y los otros pueblos oprimidos, avasallados y pisoteados.


Corría el año 1956, concretamente diciembre, cuando los guerrilleros a bordo del yate Gramma partían del exilio forzado en México hacía su casa, su isla, su patría para devolver la dignidad y la libertad a su pueblo, oprimido y castigado por un títere fascista como Fulgencio Batista cuyas cuerdas las movía el imperio yankee.
No voy a continuar con el relato de la formidable vida de Fidel Castro, cuya biogarfía está, como casí todo en la vida ya, en la wikipedia. Por supuesto hay otras más apócrifas e interesantes sin tanta medida de imparcialidad. Y desde luego, existen retratos del poder interesados en deslegitimar la vida y sobretodo el legado, la carga ideológica y política de Castro. Una dimensión que de trascender, harían rodar cabezas. Las suyas concretamente.
Evidentemente, sería iluso si no lo reconociera, ha habido errores en la gestión política de Fidel Castro en Cuba, durante todos estos años. Quizás hubiera sido necesario y saludable haber dado antes el paso atrás que dió hace 8 años al frente de la Revolución. Quizás y también saludable, hubiera sido articular el relevo al frente hace ya un tiempo, siempre y radicalmente, dentro de la Revolución, dentro de la ideología comunista. Esto hubiera ayudado a erradicar personalismos que son el combustible de quienes hoy enfangan el luto sobre el mito, quienes buscan contaminar cualquier trascendencia y los logros que 60 años de Revolución comunista han dado a Cuba, Latinoamérica y también el mundo.
Cuando en estos días los tertulianos y los medios del capital califican a Fidel Castro como “Dictador” yo no puedo más que pensar en cómo sería Cuba, si la Revolución hubiera fracasado. Si Batista se hubiera hecho perenne en el poder, adelante y atrás del país caribeño, rindiendo pleitesía y usurpando soberanía nacional al pueblo cubano para legárselo a la potencia imperialista yankee.
Considerar a Fidel Castro un dictador cuando sistemáticamente ha derruido (casi todos) los estándares dictatoriales habituales, y que en por ejemplo en España, tan bien y desgraciadamente conocemos, es una polución interesada por descalificar, faltar a la verdad y ahogar la vigencia y los éxitos que un puñado de soñadores tuvieron en 1956.
Al poder dominante no le conviene hacer un retrato veraz hacia Castro y la Revolución Cubana. Haría ver que sí se puede. Que hay que atreverse. Empoderarse, prepararse y asumir que se debe luchar y se puede morir. Que los ideales libertarios y comunistas permanecen. Que la educación y la cultura, la lectura, el saber, la investigación nos hacen más libres al desenmascarar las mentiras que nos cuentan.
Estoy seguro que con los años las nuevas generaciones colocarán a Fidel Castro en su lugar, como uno de los personajes históricos más influyentes del Siglo XX. Y como uno de los políticos más vigentes, visionarios y auténticos de la historia de la política y de la filosofía.

En dos días perdimos a dos hombres, a dos referentes. Marcos Ana y Fidel Castro. Dos emblemas de la lucha por mundo mejor, donde dignidad, justicia, igualdad y libertad no fueran lemas prostituidos.
Un par de día antes, había muerto Rita Barbera. Un emblema, sí. De la corrupción. Del desprestigio de la política. Del uso de las instituciones, los derechos y el legado democrático de occidente para el beneficio propio y del de sus amiguitos y amigotes. Dos maneras de ver la política, como vocación de servicio público, a los demás y progreso, y como vocación de servicio a uno mismo, pudriendo lo de los demás y anclando en el pasado y el fango la realidad.

Muere el hombre pero vive la Revolución por la dignidad y la libertad de los pueblos. En pie, por el comandante Fidel Castro.



martes, 15 de noviembre de 2016

Amon Amarth: Hordas Vikingas en Madrid

 

Con un sol frio de noviembre nos encaminamos una vez más a Madrid, a La Riviera para disfrutar de un concierto heavy de una de las grandes bandas del Metal europeo.
Desde hacía un par de años mantenía la intención de ver en directo a Amon Amarth y esa era la principal atracción del cartel compuesto en el que Testament hacia de glorioso telonero y Grand Magus de grupo a descubrir.
Trasladarse a Madrid, luchar contra su funesto tráfico y encontrar aparcamiento cerca de La Riviera para estar lo más cerca posible de la sala para el antes y el después de los conciertos. Así tras las cervezas de rigor y costumbre en las inmediaciones de la sala, entramos a las 7 y media, cuando ya prácticamente acababa su actuación Grand Magus, por lo que sólo podemos dejar constancia del buen ambiente que reinaba en la sala y del muy buen metal de estos suecos desgranaban en sus dos últimas muescas del setlist, con esa tan nórdica profesionalidad y dejando un muy buen sabor de boca en base a un sonido redondo de hard rock en su última “Hammer of the North”.
Era el momento de escuchar a Testament y había ganas en el respetable y en mi mismo por paladear de genuino trash metal de los californianos del Bay Arena. La histórica banda de los años 80 siempre se ha mantenido fiel a su estilo y entregado periódicamente gran música, cañera y auténtica para disfrute de una legión de seguidores que en algunos casos no podían comprender esta especie de sorpasso de algunas de las bandas nórdicas surgida a finales de los 90 o principios de la década pasada sobre los otrora inaccesibles bandas de los 80.
Quizás a la salida de La Riviera esa sensación se atenuará visto y sobretodo escuchado la calidad de la exposición de ambos grupos. Ni que decir tiene que Testament puso todo de su parte para hacernos disfrutar del mejor trash. Pero el sonido que se ajusto y padecimos los presentes no le hizo justicia en ningún momento. Las guitarras apenas se escuchaban, salvo al bajar para los solos, y la voz de un siempre enérgico y dispuesto Chuck Billy apenas se hacia audible. Sólo brillaba y de que manera Gene Hoglan a la batería imponiendo ritmo endiablado a cada canción que formó parte del corto, por exigencias de no ser cabezas de cartel, setlist que los californianos mostraron a la audiencia que ya llenaba la sala.
Empezaron con “Brotherhood Of Snake” de su último trabajo para rápidamente ir hacia sus clásicos que hacían salivar a la muchedumbre: “The New Order”, “Disciples of the Watch” y sobretodo una “Into the Pit” que fue en mi opinión la que mejor sonido disfruto con Billy haciendo un air guitar tan inmenso con su pie de micrófono que parecía realmente que había 3 guitarras sobre el escenario.
Eran las 21:18 y sonaba la habitual intro de Amon Amarth mientras cada uno de los miembros de la banda sueca aparecía en acción. El primero de ellos, su última incorporación, el batería Jocke Wallgren que se encaramaba a los mandos de su instrumento sobre un enorme casco de vikingo adornados con dos inmensos cuernos, provocando la ovación del público y quizás también la tradicional inexactitud histórica.
Ovación que iba en aumento hasta la locura con la aparición de Johan Hegg frontman y líder de la banda que en todo momento se mostró atento y hospitalario en el paseo por la mitología nórdica, la historia vikinga y el mejor metal europeo que Amon Amarth nos ofreció durante una hora y media.

 

Al saludo en un rudimentario castellano de Hegg pronto le siguió “The Pursuit of Vikings” que sonó potente, sonó claro y permitió embarcarnos a todas y todos en su drakkar paladeando la mejor música digna del mismo Odín y de su palacio en Valhalla.
As Loke Falls”, “First Kill” y “The Way of Vikings” está última con la representación histórica de un combate entre guerreros vikingos siguieron a la inicial bajo un gran telón que representaba el último álbum de la banda sueca, Jomsviking, excusa para esta nueva gira.
A esas alturas ya era evidente que toda la platea de hordas de vikingos iba a disfrutar de un gran concierto. La voz de Hegg sonaba poderosa y acertada, incluso en sus alocuciones con el público, más numerosas que las habituales que otros grupos nórdicos tienden a expresar, lo que hacía las delicias de algunas damiselas como podía constatar con mi acompañante. En el bajo Ted Lunstron se hacía oír, mientras poderosos riffs melódicos y solos intensos de ambas guitarras de Olavi Mikkonen y Johan Söderberg se disputaban llevar la batuta musical sobre el escenario. Disputa que acabo en empate para regocijo y disfrute de todos los heavys que nos movíamos extasiados, gritando guturalmente cada letra y disfrutando como auténticos Berserkers.
Para ese momento en la bateria Wallgren ya nos había hecho olvidar a Fredrik Andersson. El chileno disipó cualquier duda sobre su demostrada calidad a base de imprimir velocidad y virtuosismo a cada propuesta del setlist de Amon Amarth.
Le siguió “At Dawn's First Light” y el otro clásico de la banda como es “Cry of the Black Birds” que sonó tremenda, no menos que la mejor recibida y coreada hasta el final “Deceiver of the Gods” del anterior y homónimo disco.
On a Sea of Blood” iluminó el escenario de rojo y “Destroyer of the Universe” hizo que desde las primeras hasta las últimas filas no quedará nadie sin botar al son que marcaba los headbangers de la banda. Siguió “Death in Fire” del histórico Versus the World de 2002, y la reciente “One Thousand Burning Arrows” que fue de las que mayor impresión me causó por su in crescendo desde la melodía inicial de la guitarra de Olavi y el crecimiento del melodrama de la trama bajo la voz de Hegg, todo ello mientras los dos vikingos nos apuntaban con sus arcos y flechas amenazantes. Pura, auténtica y magistral muestra de Death Metal Melódico.
De aquí al final no bajo la calidad con la impetuosa “Father of the Wolf”, ni tampoco con “Runes to My Memory” del With Oden On Our Side, para amenazar con el final con una poderosa “War of the Gods” que lógicamente sonaba como hidromiel servido por valquirias.
Volvieron tras unos pocos segundos al escenario para causar más destrozos en nuestras gargantas con una inapelable “Raise Your Horns” que hizó que toda la platea sacará cuernos al son del mejor heavy europeo del momento, para poner al final, broche momentáneo con el clasicazo, “Guardians of Asgaard”.
Por último y tras unos pocos segundos de ausencia, Hegg y los suyos volvían, y éste lo hacia con su Mjolnir, el poderoso martillo de Tor. Y todos ya sabíamos lo que tocaba: “Twillight Of The Thunder Gods”, era el cierre y era el mejor posible dejándonos en todo lo alto, a las puertas del valhalla del metal con el corazón a mil y el sentimiento vikingo a flor de piel.
Amon Amarth, paso por Madrid dejando su inconfundible sello de calidad, mitología e historia vikinga, con un Death Metal Melódico de indudable talento, sonoridad y autenticidad. Sin ninguna duda una noche para el recuerdo, y muchas, muchas ganas de volverlos a ver y disfrutar.

 

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Trump presidente

  Los Simpsons, una vez más, profetizando el absurdo de la humanidad

Warren Buffet, el archimillonario dueño de los hiper mercados Walmart, dijo en una ocasión que existía, y existe, la lucha de clases y que de momento, los suyos, los privilegiados, el 1%, pero que en realidad es el 0'001%, la van ganando. Y no le faltaba razón. No le falta razón. La última muestra, la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ayer funesto martes 8 de noviembre de 2016.
Ansío la lectura de análisis sosegados que expliquen lo acontecido desde un punto de vista académico y riguroso. Se hacen necesarias respuestas sociológicas y políticas, con visceralidad moderada y sin paños calientes ante éste acontecimiento que propone un nuevo giro de tuerca en la presión que la oligarquía infringe a las clases populares. Se va a salir del capitalismo, con más capitalismo y a mi, ahora me apetece y necesito dejar unas líneas sobre mi opinión al respecto.
Donald Trump es un peligro para el sistema pero al a vez es un producto de este mismo sistema. Trump es un privilegiado beneficiado hasta la náusea de la ola de desregularizaciones, globalización exarcebada, contención en el gasto público, hiper financiarización de la economía y superposición de la especulación frente al trabajo efectivo, tanto intelectual como por supuesto manual. El dinero de su candidatura ha venido de ahí, como de ahí viene el dinero de la practica totalidad de candidatos en las primarias de ambos partidos. En esta elección y en las anteriores.
Pero Trump también es un producto de un sistema que cree conveniente y actúa en consecuencia buscando el adormecimiento de la conciencia colectiva y del espíritu de la clase obrera. Cree y consigue nuestra alineación, el desinterés sobre la política de las clases populares. Busca y ejecuta la idiotez griega. Los medios de comunicación financiados con capital han trabajado en esa línea idiotizando a la gente que también tiene lo suyo puesto que ha jugado a ese mismo juego con las cartas marcadas. La socialdemocracia clásica, tanto americana como europea, también vio y en algunos casos sigue viendo dolorosamente, la convivencia de jugar al discurso neoliberal de desmovilizar a las clases trabajadoras y frenar, tanto por vía de la distracción como por vía de la represión, la contestación social a tanta agresión y a tanta indignidad.
Los resultados son los vistos hasta el momento: Auge de los extremismos de derecha. Auge del fascismo, el machismo, la intolerancia, el racismo, la xenofobia. Auge del militarismo y la contestación bélica frente a la diplomacia. Mayor liberalismo económico con mayores normativas laxas, bajadas de impuestos generalizadas hasta lo simbólico para las grandes fortunas. Más permisividad frente a las agresiones al entorno y a la salud tanto individual como colectiva.
Y mientras, la clase trabajadora huérfana de referentes que la representen con practicidad y ejemplaridad. Destrozada en sus aspiraciones, pasos conseguidos y en su influencia como motor de cambio desde el entorno laboral y municipal hasta el global. Una clase obrera desalentada a la hora de su participación en política y cada vez más alejada de las tomas de decisiones. Normal que en cualquier lugar, venga un populista, vomite machaconamente unos lemas trasnochados y arrase.
La lástima y el terror es que Trump también es un peligro para quienes no creemos en el capitalismo. En quienes pensamos, deseamos y trabajamos por un mundo en el que toda la población sin excepciones tenga sus derechos humanos garantizados. Un techo, un sustento, agua y energía. Trabajo. Es un peligro para una red y una cultura libre y de acceso garantizado. Para una información también accesible y veraz. Trump es un peligro para el ecosistema y el ecologismo. Y también para la paz mundial. Lo es para los derechos humanos, para seguir esgrimiendo capitalismo, desprivatizaciones y desregularizaciones para beneficio de especuladores, corruptos, mafiosos y explotadores de toda condición.
No me deja de resultar curioso y a la vez tenebroso que en 8 años hayamos pasado del “Yes, We Can” de Obama a temer lo peor y con razón con Trump. Éste es el legado de aquella ilusión y de una administración que ha tenido mucho de propaganda y poco de políticas activas que despertarán la conciencia de la ciudadanía, tanto a nivel nacional, como mundial en defensa ante las agresiones del capital contra nuestro bienestar, nuestro planeta y contra la ética. Supongo que hay muchas caretas que se siguen cayendo.
2015 era el año de todas las elecciones en #Españistan y le ha seguido un 2016 tremendamente descorazonador en cuanto a resultados en los comicios: Es evidente, se atestigua que el populismo y la extrema derecha supremacista y belicista, pero ante todo neoliberal, avanza y conquista decisiones colectivas que podían haber devuelto dignidad y legitimidad a la democracia y a la lucha por los derechos humanos en el mundo, incluidos los derechos económicos (alimento, vivienda, agua, energía limpia) y el ecologismo. El Brexit, el No al acuerdo de Paz en Colombia, la llegada al poder de la extrema derecha en casi toda Europa y la victoria de Trump convierten a 2016 en un año negro en cuanto al desarrollo de la ilusión por un mundo más civilizado, donde la gente conviva y no se pisoteé. Habrá que seguir luchando para conseguirlo.


sábado, 5 de noviembre de 2016

Ya no soy concejal

Ayer por la mañana, 4 de noviembre de 2016, acudí al Ayuntamiento a hacer efectiva mi renuncia, mi cese como concejal en Santa Marta de Tormes, en el Grupo Municipal de Izquierda Unida – Los Verdes. Lo he hecho, devolviendo mi acta a Izquierda Unida Castilla y León, partido al que pertenezco, con conciencia y honor, y a quien considero pertenece el acta de cargo público, más allá de meros formalismos administrativos.
Hay varios motivos, y tras este párrafo algunos de ellos los desarrollaré algo más. Pero el principal motivo de esta renuncia a la responsabilidad y la ilusión por trabajar, luchar y construir algo bueno para este municipio, es el hartazgo.
Aparte de este hartazgo, sensación psíquica y emocional, existe también una razón física, y no es otra que la necesidad perentoria de “buscarme las habichuelas”. Quiero trabajar y quiero hacerlo también lejos de este municipio y de una provincia, Salamanca, que se va al sumidero a vertiginosa velocidad.
Durante los últimos meses he estado en esa búsqueda, pero prefijándola a mi entorno más habitual con un empeño mayor, como si quisiera hacerlo compatible con la labor a la que me comprometí en marzo de 2015.
Pero eso ya acabó fruto de un hartazgo que estoy seguro se nota en mi rostro, en mis nuevas canas y en mis viejos modales, al no sentirme satisfecho y darme por dolido ante la batería de situaciones que han hecho, que me hacen imposible continuar.
Una buena parte de ellas es encontrarme con la tozuda realidad salmantina que hace casi imposible querer aspirar a un empleo para ganarse la vida y mantener la dignidad. Con excusas de lo más variopinto se han sucedido las ofertas y las semanas, las visitas a empresas y explotadores, ignorantes ellos y ellas que trazando ese camino destrozan el poco porvenir que queda por estas tierras.
Para mí, casi se ha hecho ya imposible continuar con mi vida en Santa Marta. Sin un sueldo, sin la rutina del trabajo. Con la escasa retribución por la función de representante político, claramente insuficiente.
Insuficiente porque hasta que no llegas a entrar en el Ayuntamiento y comienzas a trabajar para tratar de conseguir tus objetivos políticos por el bien común, no comprendes la tarea enorme que es, debido al tamaño del Ayuntamiento mismo, con multitud de servicios y funciones despojadas del interés general, en empresas y concesiones privadas, que hay que rastrear y perseguir, frente a otros grupos, concejales, funcionarios y empresas, empeñadas en dificultar tu labor. Deberías dedicarte a tiempo completo ante asuntos como urbanismo, empleo, economía, función pública, todas ellas de tamaño colosal y llenas de polémica por esa forma de gobernar y gestionar “lo de todos para unos pocos, y sin el pueblo”, y que de momento, no os guste o no, y a mi particularmente me asquea, es la opción preferida por la plebe.
Así se confirma algo que sospechaba. Y es que para un trabajador, un asalariado, un ciudadano o ciudadana normal, sin padrinos, ni madrinas. Sin herencias. Sin pensiones o plazas fijas de la administración se hace imposible compatibilizar el trabajo, y el derecho, de representante municipal con una vida normal. Algo que sólo, con unos pocos meses de experiencia en la gestión de esas tres agendas, personal, política y laboral, he podido constatar.
Lo cierto, es que desde la izquierda en numerosas ocasiones hemos oído y hemos criticado a los “políticos profesionales”. No falta razón, porque sin transparencia, sin limitación de cargos y sin una ley que persiga y castigue las corrupciones, nepotismos y prevaricaciones estos profesionales de la política han favorecido el estado de las cosas de este país que se desangra.
Pero por otro lado, están los “políticos por hobby”, aquellos y aquellas que van a pasearse al Ayuntamiento a cumplir como autómatas su función y escurrir el bulto en cuanto se puede. A pasar la mañana. Y después a percibir automáticamente la asignación que se considere. Tan doloroso es lo primero, como lacerante lo segundo. En cualquiera de los dos casos, me sentiría miserable porque ni quiero pertenecer a una casta endogámica, ni tampoco pervertir la función democrática y la representación.
Que no le quepa duda a nadie, que podía, perfectamente, desde mi nuevo destino y gracias a Internet gestionar todo lo que haga referencia a mi partido y el Ayuntamiento. Los compañeros de Izquierda Unida y algunos funcionarios me facilitarían mi labor. Pero ese no es mi estilo. Ni tampoco mi objetivo.
Eso se lo dejo a los tránsfugas, los cuneros, a los sindicalistas de derechas y los bocineros de púlpito. A quienes adoran las medallas y las fotografías. Quienes detestan el pueblo llano y ansían volver a la época de los estamentos.
Desde el primer momento he tenido claro que me verían por las calles. Y así, hasta ahora lo he hecho, con mayor o menor éxito y con más y con menos ganas y apetencias. Porque el hartazgo apareció, y lejos de marcharse, aumentó.
Pero ahora, como digo, necesito escapar de esta realidad, de un entorno opresivo y de funciones que lejos de darme felicidad, me la roban a dentelladas.
Y es que, como digo, estoy harto:
  • Harto, de luchar por una quimera. Por una utopía que los años de la política de tierra quemada del PP van a legar a este municipio. Un pueblo que tiene su futuro comprometido y oscurecido por la administración interesada del PP y de quienes han necesitado para su lesiva para el interés general, gestión.
  • Harto de trabajar por la gente, pero sin la gente. Cansado de proponer encuentros, charlas y debates entre concejales y ciudadanos y/o asociaciones. De plantear situaciones que empoderen y promuevan la participación ciudadana. Y encontrarse continuamente frente a sillas vacías.
  • Harto de una asamblea, cuya militancia ni está, ni se le espera. De nada sirve todo el trabajo, si los tuyos propios no te apoyan aunque sea de forma simbólica. He dedicado muchas horas a facilitar toda la información a la gente que pertenece a nuestra agrupación y nos hemos encontrado las más de las veces solos. Cuando más tenia y podía la militancia que aportar y descargarnos de tareas. Ahora que podíamos trabajar también en enseñar y acompañar a los militantes, es cuando menos respuesta propia obtenemos. Es descorazonador. Esto quita el sentido y las ganas a cualquier empeño en la lucha.
  • Harto de esta democracia por delegación, de quienes te interpelan sólo para que les resuelvan su problema individual. Y que después “si te he visto no me acuerdo”. Un ombliguismo. Un individualismo contra el que no estamos sabiendo luchar.
  • Harto de tener que luchar para mantener la lealtad. A personas. A grupos de ellas. A asambleas. A un partido. Interpretando las segundas intenciones de cada contendiente. Y yo en medio de todos los charcos.
  • Harto de un compromiso artificial, que no me satisface. Que me enfada y me enfanga. Que se ha empeñado en frenar mi vida y lastrar mis necesidades.
Para rematar, mi partido, Izquierda Unida, se difumina y diluye. Siendo los militantes de base, aunque representemos pequeños cargos políticos, mercancía en la mesa de negociación de las élites que buscan el empotramiento en Podemos, sin importar siquiera el legado de todos estos años; dejando de lado una ideología que dolorosamente se muestra y demuestra como necesaria, certera y única herramienta de cambio revolucionario para recuperar dignidad, bienestar y libertad para la totalidad de la población.
Por todas estas razones decidí en su momento dimitir, y en las dos últimas semanas se ha precipitado la decisión, lo primero de todo, porque necesito, otra vez en mi vida, retomar las riendas de la misma y dirigirla a un destino en el que me sienta feliz, identificado, útil y valorado.
Pero aquí, desde luego, no terminará mi participación política, mi activación social. Son inherentes a mi persona, y donde vaya estaré en vanguardia luchando por un mundo mejor. Un país con futuro. Una sociedad con dignidad.
Perteneceré y seguiré promoviendo movimientos. Desde el sindicalismo, el ecologismo, el asociacionismo y la defensa de los servicios públicos y derechos humanos y especialmente en nuestro rol de consumidores.
Mi ideología está clara. Y pertenece a un tablero en el que con los movimientos tectónicos continuarán agrandándose tratando de dar respuesta y sostén a las legítimas necesidades e ilusiones de los desfavorecidos. De la clase trabajadora, verdadero motor histórico de cambio y progreso.
Siempre Republicano, Ateo, Anti capitalista, Anti belicista, Anti fascista, y pro humano.


miércoles, 2 de noviembre de 2016

Se cerró la ventana de oportunidad



El pasado sábado Rajoy obtenía una pírrica mayoría parlamentaria para ser reelegido como Presidente y formar Gobierno, poniendo así fin a un año de tiempo añadido, gobierno y presidente en funciones. Lo hacía con el apoyo, indisimulado ya como siempre, de Ciudadanos y la abstención del PSOE, en un nuevo capítulo de su crisis interna, síntoma de la crisis del sistema. En contra el resto del arco parlamentario y sobretodo de millares de ciudadanos y ciudadanas que volvieron a Rodear el Congreso ante tanta indignidad y protesta por este golpe a la democracia perpetrado por las élites oligárquicas y los poderes fácticos del estado español.
Con ello se cerró la ventana de oportunidad para el cambio revolucionario que este país y sus clases populares ansiábamos y luchamos por ello.
La inmodélica transición legó un estado con graves deficiencias en democracia debido al poder que las fuerzas reaccionarias conservaban de la dictadura fascista. Esa presión hizo imposible dotar de mayor empaque a la estructura democrática a la que España aspiraba. Así tenemos hoy un estado dolorosamente centralista, sin una separación de poderes efectiva, con una monarquía repugnante como regente del país, un ejército claramente diocechista, fascista en sus mandos y sólo interesado en dilapidar dinero público en armamento, para beneficio propio. Una justicia alejada de unos ratios mínimante aceptables. Y todo ello con una corrupción e inmoralidad instaladas en el cuerpo del estado, porque quien no tiene miedo al castigo opera con absoluta tranquilidad, alevosía e impunidad.
La Gran Recesión de 2007 ha traído un enorme problema social, que hoy todavía lejos de recuperarse se continúa agravando. Si las políticas neoliberales impuestas por Reino Unido y Estados Unidos en los 80 y seguidos con ferviente convicción por no pocos estados europeos, entre ellos España en los 90, fueron la principal causa de esta crisis, perdón estafa, la adopción de esas mismas políticas como solución ha ahondado y profundamente en las brechas entre las clases sociales, prácticamente volviendo a instalar los estamentos en nuestra sociedad.
Los gobiernos, socialista de Zapatero y el “popular” de Rajoy han provocado un descenso vertiginoso en el bienestar de los ciudadanos e instalado la indignidad en el corpus político nacional. De propina Rajoy ha agudizado el problema territorial de este país compuesto por varias nacionalidades, volviendo a la centralización del estado y mostrándose como vehemente y amenazante ante las expresiones de soberanía y legitimidad que las naciones-estado de la periferia han mostrado.
Frente a este estado de las cosas. Frente a este avance en la indignidad de las personas, sus sentimientos, derechos, libertades y bienestar, la sociedad civil se hartó y decidió empoderarse y unirse en la lucha por la superviviencia y la dignidad. Fue el 15M, y constituyo un bloque de fuerzas sociales que de manera horizontal y mediante presencia en las calles trataba de proponer un modelo revolucionario buscando una alternativa por una España más justa, anti neoliberal, anti fascista, anti estado-uni nacional. Más democrática en definitiva. En frente el estado central, que percibimos como corrupto, intransigente, opresivo, insensible, hostil, profundamente anti democrático y tremendamente neo liberal.
La movilización fue en auge y se formó un nuevo partido político, Podemos, que ha servido más como válvula de escape de la indignación que como herramienta de cambio, toda vez, que articulado la nueva opción política, y entrando esta y sus dirigentes en las instituciones aminoró la presión social planteando, equivocados ellos y dolientes los demás, el trabajo institucional como único sector de trabajo con el fin de cambiar la realidad de este país.

Tras todo ese ilusionante período y evolución se llegó a las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, con la oportunidad de articular una mayoría democrática capaz de cambiar el actual estado de las cosas y proponer políticas en las que el hombre y la mujer sean el centro de la acción política, así como su bienestar y dignidad.
Quizás las expectativas tanto ante esas elecciones como antes en el 15M eran muy grandes. Ha habido errores en todo este tiempo por todos quienes proponemos un modelo de izquierdas fuerte y una economía al servicio de las personas. El mayor de ellos frenar la movilización social durante los últimos 2 años y medio (exceptuando la Movilización contra el machismo y la violencia machista de noviembre del año pasado).
Pero lo cierto es que ese objetivo de asaltar el poder y abrir un proceso revolucionario y constitucional se ha frenado.
Rajoy sobrevive de nuevo bajo la táctica del percebe, agarrado a la roca y liderando a un Partido Popular que lejos de descalabrarse en las elecciones y en los juzgados por su horrenda e intrínseca corrupción se ve ahora reforzado, vivito y combatiente por dejar las cosas como están y exprimir a la clase trabajadora hasta la extenuación para el beneficio de las oligarquías.
No nos engañemos. Obviamente la crisis del régimen tardo-franquista españistaní no ha acabado. Hasta ahora se ha defendido como gato panza arriba afilando sus uñas y lanzando zarpazos cada vez más viscerales y lacerantes como puedan ser sus medios de disuasión vendidos al capital o legislaciones de blanco y negro como puedan ser la Ley Mordaza, la LOMCE. También, posee, domina y usa los jueces, para dictar sentencias a gusto del poderoso con un Tribunal Constitucional y un Tribunal Supremo plagado de hombres de partido, tomando partido.
Sin embargo, la podredumbre y la indignidad ya ataca los cimientos de este estado de las cosas y han tenido mal que bien ir sacrificando elementos concretos para parar lo que en su momento era un espíritu en las calles, una revolución en marcha.
Cambiaron al viejo rey, por uno más nuevo, más actualizado y presuntamente con mejor prensa, pero lo cierto es que pese a las toneladas de papel empleado la imagen de la Casa Real sigue por los suelos y la cuestión de la Jefatura de Estado, cada vez tiene más debate y más voces en contra de la monarquía.
Y ahora han tenido que sacrificar a uno de los polos del bipartidismo para seguir manejando el cotarro y seguir tratando de sacarnos del agujero cavando más profundo. Esperando a que el capitalismo de amiguetes que hoy en día es la economía mundial, genere otra nueva burbuja crediticia, que pagará la siguiente generación, el sistema ha inmolado al PSOE y cualquier posibilidad de una alianza post-electoral para dotar a España de gobierno progresista, abandonar la suicida política de austeridad impuesta por una Europa cobarde y antisocial y volver a poner las instituciones, la democracia, al servicio del bienestar común. De paso también se elimina la posibilidad de un proceso constituyente que se necesita como el respirar.
Seguimos siguiendo el guión establecido en Grecia, y el PSOE sigue a pies juntillas el destino del PSOK su partido hermano griego. Ahora con la abstención del pasado sábado en el Congreso (y la apertura de expediente a quienes mantuvieron el No a Rajoy) se ha consagrado una de las mayores traiciones en democracia por no hablar de una falta a un compromiso electoral más lacerante de la historia europea.
La crisis del sistema anti social, anti humano que nos han impuesto sigue vigente. Pero hemos perdido la oportunidad, por fallos, por egoísmos y por lecturas erróneas, para abrir ya el proceso constituyente que necesitamos y comenzar a cambiar el estado de las cosas para volver a poner a la economía al servicio de las personas y no al revés.
Pero sobretodo si hoy no existe esa posibilidad y no tenemos un gobierno de izquierdas es la oposición de la estructura clásica y rancia, el poder económico, financiero, mediático y político que ha trabajado incansable y en la sombra y a la luz cuando ha hecho falta, para que el PSOE no se sentará a crear un gobierno alternativo junto a Unidos Podemos, y otras fuerzas de la izquierda, y que hubiera iniciado los cambios necesarios (aumento del gasto social, fin de la austeridad, fortalecimiento del sector público, búsqueda del pleno empleo no a base de reducir salarios y aplicar precariedad, sino en base a buen empleo y al conocimiento, con políticas de redistribución de los medios de producción y las rentas y por supuesto una regeneración democrática total).
La emergencia social así como la retahíla de problemas que todos conocemos ya no pueden esperar más, y sin embargo tendrán que esperar no se sabe hasta cuanto.
Ahora toca seguir luchando. Volver a las calles. Continuar informando y despertando conciencias de que esto no puede seguir así y que tenemos el deber, la posibilidad y las responsabilidad de luchar por cambiarlo. Toca el tiempo de reflexionar pero de seguir activos para volver a generar la ventana de oportunidad lo antes posible, por el cambio es necesario y es inaplazable.
El problema es saber cuando volveremos a estar en situación de que el pueblo pueda empoderarse definitivamente. Como decía más arriba el PP, heredero del franquismo, servicial perro de los amos, convencido y agresivo neoliberal sobrevive y adquiere la legitimidad de la ignominia, la corrupción y el asalto a la democracia de los poderes fácticos para tratar de adormecernos y hacer del abuso su uso y de nuestros derechos y libertades su capital.
Lo único que hemos conseguido es que se quiten las máscaras y nos confirmen lo que ya sabíamos: Que poderes ocultos, los mercados, los grandes oligarcas, los poderes financieros, el capital y los poderes fácticos de siempre, como la iglesia católica, confabulan y trabajar para seguir oprimiendo al hombre y la mujer, a su libertad y a su dignidad. Explotándonos, a nosotros y al medio ambiente para un único fin: Mantener y aumentar su estatus.


El Manifiesto Comunista. Comentario

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